Dario, el de rugby - Relatos Eróticos

Dario, el de rugby

... mi cabeza, y con un poco de fuerza por su parte, note su polla entrar en mi boca, primero no fue muy hondo, pero si me llenó la boca con su precum. Pero luego, empezó a introducirla hasta la garganta y aunque me daban ganas de vomitar, el no paraba. Cada vez iba mar rápido y más hondo, hasta que su polla entraba y salía de mi garganta si que yo hiciera nada al respecto. Sumergió mi nariz en su vello púbico, y el olor a hombre me volvió su puta. "Te gusta cerda"? 

No podia evitar gemir mientras me goteaba el precum de la boca. Me empezaron a llorar los ojos, pero el parecía disfrutarlo aún más. Y después de unos minutos, mantuvo su polla lo más hondo de mi garganta y sus bolas en mi barbilla. Entonces se corrió. Todo su semen cubriendone la garganta y la lengua. Y no pude evitar tragarme lo todo. Sacó su polla de mi boca, goteando. Levanté la mirada para ver si Le había gustado. Me miró y sonrió. "Bien hecho putita. A la siguiente te preño. Ahora limpia esas gotas de semen y precum del suelo y vete. Ya sabes donde está la puerta". 

Se jiró y entró en un apartamento, dejándome con la polla mas dura de lo que jamás la había tenido y un charco de semen y precum. Tuve que hacerlo ahí me froté la polla mientras lamia todo lo que había caído al suelo en la oscuridad de su portal. Me metí un dedo en el culo y pensé en su olor y su sabor. Y cuando acabé limpie mi corrida y me fuí por la puerta con la esperanza de que nadie me viese. No podía esperar hasta la segunda.