LAS BRAGAS DE MI CUÑADA
Fecha: 11/06/2019,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Love areolas, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... camiseta y llegando al sujetador me hice con ambas tetas, el tacto del encaje en sus tetazas me volvía loco, al poco introduje mis manos por debajo de los aros del sujetador y ya fue la leche, sentir el tacto de sus dos tetazas turgentes, sus areolas, sus pezones, me estaba corriendo solo con tocarle las tetas y comerle el coño a mi cuñada.
Mi lengua se centró en ese momento en su clítoris revoloteando entorno a él sin cesar, su sabor era cada vez más intenso, solté sus tetas y le abrí el coño con las dos manos todo lo que pude y su clítoris fue haciéndose notar cada vez más hasta que arqueando y encorvando todo su cuerpo y estirándolo a más no poder se estremecía en un profundo y largo orgasmo mientras se tapaba con una mano la boca para no gritar y con la otra oprimía mi cabeza sobre su coño del que mi boca recogía todos sus jugos gustosamente. Al final casi ya relajándose y apartando su mano de la boca exclamó:
_ ¡OOOOOOH DIOOOOOOOS...! ¡COMO ME COMES EL COÑO....!
Su grito fue contenido, pero pudo escucharse algo mas fuerte que el resto de sus gemidos, mandatos y suplicas anteriores. Su cuerpo fue relajándose tras el intenso orgasmo, mientras yo recogía con delicadeza los frutos de su corrida impresionante. Ahora ya si que sus bragas estaban húmedas, deseaba follármela pero sabía que no podía ser, aquello hubiera sido demasiado, no podía tentar a la suerte. Fue cuando Carmen poniéndose el pantalón me dijo:
_ ¿Quieres que te haga un paja...?
_ No tía...., ahora si ...
... que me voy a la cama.
En realidad lo deseaba como loco, pero no quería arriesgarme y después de que me había levantado me dio un empujón sobre el sofá y sentándose a mi lado fue metiendo la mano por debajo de mi boxer hasta rozar levemente el capullo de mi polla, yo exhalé un pequeño quejido de placer al sentir su mano en mi polla, deslizo mi pantalón y el boxer hacia por debajo de mis huevos y mi polla salto como un resorte automáticamente, la cara de Carmen entonces fue de asombro:
_ ¡Joder tio...! No está nada mal.... Me gusta mucho tu rabo.
Aquellas palabras hicieron que yo me excitara todavía más. Ella empezó a meneármela de manera magistral, iba hacia arriba y hacia abajo acompasadamente, sin detenerse, como a mi gusta. En ese momento cerré los ojos echando la cabeza hacia atrás y Carmen dijo...
_ No tío, no.... ¡Mira!
Y abrí los ojos para ver como ella se levantaba la camiseta, sus tetas se transparentaban maravillosamente a través del encaje rojo de aquel sujetador, en aquella situación yo no le iba a durar a mi cuñada ni dos minutos, cuando además cogió y se levanto los dos aros del sujetador todo lo que pudo por encima de sus pechos dejándolos al aire. Sus areolas sonrosadas y grandes eran una preciosidad que culminaban aquellas tetazas en unos pezones riquísimos, sus tetas eran dignas de admiración. Ahora ya, ni dos minutos, ni uno.... cerré los ojos y comencé a correrme como loco solo de haberle visto sus tetas. Carmen sabia lo que hacía, y bien. No paró ni ...