1. Carnaval de Barranquilla. Parte 2


    Fecha: 06/02/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Manu, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    Cuando me desperté, Alejo estaba ya en la cocina preparando el desayuno. El había preparado huevos con pan, frutas y café en cantidad. "Tu debes recobrar fuerzas, cabroncito. Con toda la leche que has derramado ayer, tendras las bolas aplastadas ! Te toca llenarlas de nuevo !" - "Mi querido Alejo has olvidado los litros de leche que hé tragado también... Tu amigo Germán produce más leche que una vaca holandesa ! Debería venderla en los supermercados..." Nos reimos a carcajadas...
    
    A las doce, Alejo me anunció que debía salir para hacer compras y que regresaría solo por la noche, antes de ir conmigo a "La Troja", como ayer. Decidí entonces salir por mi parte. En la calle caminé unos diez minutos y encontrando dos muchachitos les pregunté donde podía ir par ver algo interesante. Los dos pelados me indicaron que el lugar más concurrido estaba el "Centro Comercial Americano", en la Carrera 38. Los dos pelados tenían razon : ese centro comercial estaba  a reventar. Cruzé muchos grupos de adolescentes ruidosos pero con cara aniñada que me pusieron a mil ! Estaban todos para comerselos... 
    
    Unos de los lugares donde me gusta ir en busca de sexo es los aseos públicos. Pasando de escaparate a escaparate noté un letrero que indicaba los baños. En los aseos de hombres solo tres urinarios estaban ocupados; dos hombres maduros y un chico alto de unos 18 o 19 años. Acercandome a los retretes, ví que el más alejado, en el fondo, se encontraba con la puerta entreabierta. Me acerqué más ...
    ... y escuché que salían jadeos y voces ahogadas. Me paré en frente, para ver lo que estaba ocurriendo en dicho aseo. Joder ! Había un hombre con un jovencito al que tenía con los pantalones bajados hasta los tobillos, al que le estaba dando por el culito blanco. El hombre lo tenía con las manos apoyadas en la pared lateral, y se podía ver como le entraba y salía la verga por el culo a aquel peladito, el cual no dejaba de jadear mientras el hombre lo estaba cogiendo duro. Dios que morbo me dió aquello! Hizo que mi polla se pusiera tiesa al momento, excitandome aún más de lo que estaba. Regresé hacia los urinarios y ví que el joven quedaba allí, como también los dos hombres maduros. Escogí el urinario más cerca del joven. Con la calentura y la excitación que llevaba miré de reojo el muchacho a mi lado. Alto, de complexión atlética, tenía piernas fuertes contenidas en un vaquero estrecho que moldeaba también su firme colita. Qué estupendo machito ! Su camiseta amarilla estaba entreabierta, pero de lado no podía ver su pecho. Lo que me llamó la atención es que no se oyia el ruido del liquido cayendo. Que hacía entonces ese guapo machito ? Miré siempre de reojo para apreciar la mercancia : de golpe fué estupefacto por el tamaño de su herramienta. Una polla muy larga, de color trigueño con un prepucio que el cabroncito con dos dedos hacía deslizar lentamente, descubriendo cada vez un glande rosado, hinchado por la excitación. Como hacer entender a ese estupendo jovencito, tan mimado ...
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