1. Gemidos en la playa. - 3 -


    Fecha: 23/04/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Fernando, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... me golpeaban las nalgas rítmicamente, mientras con su respiración agitada me daba cuenta que ya casi llegaba el final. Me la empujaba duro hasta el fondo, luego dos o tres veces seguidas rápido, y luego otra vez profundo. Era rico, yo lloraba por el dolor, pero se sentía bien.
          - "Ahhh... Ahhh... uhmm... suave, por favor... me estas rompiendo el culo !"
          - "Ahhh... Ahhh... ese culito, putita, es mío !...", me decía mientras, con su linterna alumbrada, miraba cómo su verga se perdía entre mis nalgas, una y otra vez... "Ufff !... aggg...!"
    De repente me la sacó y me giró quedando sobre mí. Me levantó las piernas y me la clavó hasta el fondo, de una sola !
          - " Hayy... animal !... me duele !"
    Pero ya nada lo paraba, estaba como loco. Se aceleró y me daba más y más. Era obvio que estaba acabando. Sus empujones ahora eran todos rápidos y profundos. Yo chillaba y trataba de apretarlo, pero nuestros cuerpos sudorosos se resbalaban, y no pude empujarlo. Mis piernas se movían tratando de impedir sus embestidas, pero eso sólo lo arrechaba más.
          - "Uhmmm... ufff... ufff..."
    El sonido de su verga entrando en mi ano y resbalando entre mis nalgas se notaba seguramente a varios metros: "Schhinck... Schhink... Schhink !..." y yo chillaba y gemía de dolor y placer a la vez. Era obvio que cualquiera, cerca en la playa, sabría que me estaban dando una culiada de padre y señor mío !... El soldado se bajó tan rápido como se había subido, y con violencia me tomó de la ...
    ... cabeza y me acercó su polla palpitante. Me pegó en la cara con ella varias veces, una o dos frotaditas y un potente chorro de semen ardiente se estrelló contra mi cara. Lo escuché cuando salió ("Slitt !... Slitt!...). Me llenó la boca y se deslizó por las comisuras de mis labios. Era una sustancia caliente, espesa y viscosa. Su semen seguía saliendo y él no me dejaba sacar su polla de mi boca. Me la metió hasta el fondo de la garganta y, sin saber cómo, me tragué toda esa leche. Yo luchaba por sacar su miembro y poder respirar, le apretaba sus nalgas con mis manos, pero nada.
    
    Por fin el macho se calmó y yo pude sacar su pollón, mientras trataba de recuperar el aliento. Otra vez el cabrón me la metió y me obligó a chuparle hasta la última gota. Pude saborearla : era como dulce, muy viscosa, con un sabor indescriptible. El soldado por fin saciado, puso su miembro en sus calzoncillos verdes. Aún morcillona, su polla tenía todavía un buen volume y llenaba totalmente el bolsillo delantero de los calzoncillos militares. El joven militar, aunque vestido, me parecía verdaderamente apetitoso... Ciertamente, tomando su turno de guardia nocturna en la playa, él no se esperaba vivir tan buenos momentos. Yo tampoco, acercandome a la playa de las tortugas, habría pensado disfrutar de huevos tan sabrosos, y que no eran huevos de tortugas... Y tampoco tragarme tanta leche de verdadero semental !...
    
    El militar me pidió  que me fuera rapidamente, pronto era el momento de la sucesión y ...
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