1. Cuarentena (3). Culiando con el portero pijon


    Fecha: 22/05/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Fernando, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    Unos días, antes de que comenzara la cuarentena, un nuevo portero fue contratado en mi edificio. Un tipo guapo, morenito, de unos 35 años, alto y muy robusto. Lo que me llamó la atención, desde el primer día, fue que su uniforme parecía ser demasiado pequeño para él, ya que su torso, sus brazos, sus muslos estaban apretados en el traje de la empresa de vigilancia. Esto lo hacía aún más atractivo para mí. Me había seducido especialmente su rostro, desde el primer día, una cara muy varonil y al mismo tiempo muy fina. Esta pinta no me parecía desconocida, pero como tiendo a mirar a todos los chicos hermosos, en la calle u en otros lugares, no sabía sí este muchacho era alguien conocido (tal vez uno de mis amantes de un día, o una noche ?), o simplemente alguien encontrado por casualidad, y que había atraído mi atención, nada más. Pero esta sensación de conocer a Camilo (era su nombre) se reforzó cuando me dí cuenta de que él mismo me saludaba siempre con una gran sonrisa, como sí fuéramos conocidos de toda la vida... Realmente este Camilo era un chico muy agradable !
    
    Algún tiempo después, en medio del confinamiento, un fallo eléctrico en mi apartamento, me privó de luz en el pasillo, el baño y también en un cuarto. Y no había forma de encontrar a una empresa de reparaciones. Le pregunté a Camilo sí conocía por casualidad a un electricista que podría venir a ayudarme. Y con una gran sonrisa, él me responde : "Por supuesto que sé un... yo !". Y ante mi expresión de asombro y ...
    ... alivio, añade : "Sí usted acepta esperar hasta esta noche, cuando termina mi turno, voy a su apartamento para ver qué está pasando... En el ejercito aprendí electricidad...".  El azar quiso que me había enterado así que había hecho carrera en el ejercito. Probablemente eso explicaba su inusual desarrollo corporal y musculatura. Toda la tarde, esperando su llegada, me emocionó mucho la idea de su visita. Además, podría hacerle las preguntas que, desde sus inicios como portero, trotaban en mi cabeza... Camilo llamó con puntualidad en mi puerta. Como el apartamento estaba ya oscuro, tuve que acompañarle con una linterna. Muy rapidamente él pensó en un cortocircuito, y lo localizó en el baño. Me pidió algunas herramientas que afortunadamente tenía, y restauró la energía en pocos minutos. Lo felicité por su eficiencia, y le pregunté cuanto le debía.
    - "Nada en absoluto ! Lo hice con mucho gusto !..."
    
    Le ofrecí a tomar al menos una copa, y aceptó una cerveza, precisando que no podía quedarse mucho tiempo, porque desde la cuarentena el transporte por la noche se redujo mucho, y él vivía lejos, en Kennedy sur. Mientras bebía, le pregunté sobre su carrera militar. Había estado en el ejercito durante 10 años, y le gustó bastante. Además, gracias a su carrera de soldado había facilmente obtenido su empleo de portero. Y de repente me preguntó : - "Pero ya no vives con tu amigo ?... el mono... él era aleman... o inglés, creo ?..."   Su pregunta me sorprendió.  - "Por qué... ya nos ...
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