La casa en la playa 10
Fecha: 17/12/2017,
Categorías:
Gays
Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues
... y me empezó a bombear, despacito, despacito, arriba y abajo, entrando y saliendo de mi culito, mientras me besaba suavecito el cuello. Yo estaba en las nubes, pero no en esos cúmulus nimbus de pasión desenfrenada y tormentosa como cuando me cogía Norbi, sino en nubes blancas, acolchadas, flotantes, su pija era como un barrilete que me llevaba para arriba y me hacía flotar entre las nubes, cada palabra bella que me decía al oído era como los papelitos que le mandábamos por el hilo a los barriletes. No sé cuanto duró esto, media hora, más, pero yo quería que fuera eterno. A veces me tenía boca abajo, a veces me ponía de costado, a veces me subía la pierna y me cruzaba la suya, nunca de frente, nunca en perrito. Después me dijo que era porque le daba un poco de vergüenza mirarme a los ojos mientras me cogía, porque tenía miedo de ver una expresión de morbo en mis ojos y porque no quería tentarse a besarme en la boca. Al final, me dijo, -Eze, ya no puedo aguantarla más, voy a acabar-. Me quedé en silencio, me costaba bajar de la nube, pero recuperando conciencia le pedí que me la regalara dentro. Me acomodó algunas almohadas debajo para subir mi culito, me la clavó de nuevo y ahora sí comenzó un mete y saca fuerte, intenso. La sacaba casi toda y me la metía duro hasta al fondo. Yo sentía la punta casi en la garganta y su raíz más gruesa me abría aún más el culo, cada golpe de su pubis en mis nalgas me zamarreaba. Me sentía como un gorrioncito al que se lo estaba cogiendo un ...
... águila, como una gacela que un tigre había apartado de la manada pero que antes de devorarla le estaba rompiendo el culo con su pinga dura, felina, animal!. Cada golpe de pija me volvía a subir a las nubes, pero ahora a los cúmulus, hasta que en un golpe final tremendo mientras sentía su verga empujado el fondo de mi recto, comencé a sentir su leche tibia volcándose en mi. Fue demasiado, comencé a quejarme mientras mi verga acababa, su últimas contracciones arrancaron las mías y saqué mi leche sobre las sábanas sin siquiera tocarme. Nos quedamos quietos, recuperando aliento, me la fue sacando despacito y se acostó a mi lado. Yo inmediatamente me puse de costado y lo volví a abrazar. Los dos seguimos en silencio y sin darnos cuenta nos quedamos dormidos. -Matías y Jony estaban más que excitados, manoseándose por debajo de la mesa sin dejar de mirar con ojos gigantes a Ezequiel que, sin levantar la mirada de la mesa, siguió contando.- A la mañana me desperté aún entre sus brazos, su pija aún dormida impresionaba y a pesar de la situación tan especial, me salió el orgullo de puto que había podido aguantar en el culo todo ese pedazo. Me fui a la cocina, preparé el mate y lo fui a despertar, ya vestido. Los dos desayunamos como si tal cosa, sin siquiera hablar de lo de la noche. Terminado, se levantó y me dijo -vení, ahora te voy a mostrar mis tesoros-. Me llevó al altillo, un lugar al que mi vieja ni en pedo iba por las arañas y entre trastos viejos sacó un cajoncito con llave. ...