¡Mi hermana, mi mujer, ufff!
Fecha: 10/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... colocando el aparato alrededor de la cintura pero no quedaba del todo contenta cómo estaba quedando, chocaba claramente con mi pene que tenía una erección imponente.- Tenemos que solucionarlo.- Volvió a la maleta de nuevo. Y se puso a buscar otra vez hurgando entre todas sus cosas- Menos mal que soy una chica preparada. Aquí lo tengo. Tu polla es, como siempre un problema pero lo vamos a solucionar enseguida. Gloria sacó cinta de precinto, esa que se usa para precintar paquetes, que pegan lo suyo, y cortó varios pedazos grandes. Vale, ahora necesito que te la sujetes para arriba, no así no inclinada a un lateral, eso, ahí no molestará. Vamos a poner el primero. Así. No te hago daño, ¿verdad, cariño? Mi mujer me colocó cinco gruesos trozos de cinta que fijaban el miembro a mi cuerpo sin ninguna capacidad de movimiento, luego terminó de ajustar el arnés y así quedé con una polla de goma colgado de mi pubis. Me sentía ridículo y avergonzado y más cuando ella se agachó y empezó a llevarse aquello a los labios. Gloria me miraba mientras le daba lengüetazos a aquella verga, la chupaba, se la metía en la boca, se la llevaba a las tetas y se frotaba con ella. Yo estaba excitado, cada vez más excitado viéndola. Ella se reía mientras me hacía una cubanita, no a mi no, a.... ¡Dios me iba a volver loco! Me encanta, tiene la dureza justa, respeta totalmente mi ritmo, y no es un simple objeto, detrás del cual no hay nadie. Detrás estás tú. Estás loca, si te metiera mi polla sí que te ...
... correrías de verdad. Qué fanfarrones sois los hombres, todo lo concentráis en vuestro pedacito de carne. Quita. Gloria empujó mis caderas para separarme y se echó en la cama. Abrió totalmente las piernas. Bajo el hermoso liguero su vulva se abrió, brillante y jugosa, totalmente depilada. Sus deditos empezaron a jugar con ella. Parecía querer prepararla. Oh, Dani, necesito que me penetres ya, ven. Me acerqué a ella agarrando sus piernas para mantenerla bien abierta. Ella guió el pene hasta su rajita, los labios cedieron y con un golpe de mi cadera el aparato entró en su cuerpo con la fluidez del aceite. Empecé a bombearle el coño con fuerza. Me sentía excitado y algo molesto con Gloria por lo que me estaba haciendo pasar, además no sentía su vagina y todas las sensaciones me llegaban amortiguadas. Ella sí que lo notaba y cómo, puso sus manos contra mi cadera para intentar disminuir el ritmo o al menos la profundidad con la que la estaba follando, pero cada vez que lo hacía yo golpeaba sus manos con un violento cachete y ella se veía obligada a retirarlas. Pronto no tuvo fuerzas para oponerme ninguna resistencia, y se abandonó. Aumenté la intensidad y la frecuencia de una manera brutal. Hice que aquella polla recorriera una y otra vez toda su vagina hasta casi sacarla para enseguida hundírsela de nuevo hasta el fondo. Era de una enorme consistencia pero a la vez superflexible de manera que cuando llegaba hasta el fondo de mi mujer se curvaba como un arco tensando en todas ...