"Mi tio abuelo sureño cumple mi sueño"
Fecha: 06/01/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... sigilosamente a la habitación, tomó el paquete de condones y el lubricante que había traído, se los puso en el bolsillo, y con el valor de años de represión, fue hacia su tío que gruñía mientras se bebía su novena lata de cerveza. Apenas vio a Diego cruzarse por la sala, y con clara voz de borracho, le dijo: - Tú niñito de mierda, que me vienes a revolver el gallinero y me dejas en estas condiciones, debería darte unos buenos palos por ser maricón, no sabes que es pecado ante Dios ah! - No es mi culpa que por ser gay tú te emborraches tío, tú ya tienes este problema desde antes que yo naciera - Cállate o si no quieres que te saque la cresta aquí mismo, enfermo - Tío - Diego le seguía la corriente, quería ver hasta dónde llegaba su tío con sus palabras de borracho - ¿De verdad serías capaz de golpearme por mi condición? - Para que te arregles digo yo, para que seas normal y te gusten las niñitas - Pero tío a mí ya me gustan las niñitas, igual que a usted - Diego se empieza a desvestir - Mire no tengo porque ser hombre con usted, puedo ser femenina si quiere (haciendo contoneos con su cadera) - Qué estás haciendo? mira como me tienes la callampa cabrito concha de tu madre, para o te juro que te saco la madre Don Enrique apretó la lata de cerveza derramando en el sillón lo que quedaba de ella, mientras con la otra mano se desabrochaba el cinturón y se bajaba el cierre. Diego seguía meneando el trasero frente al bulto. Don Enrique le desparramó cerveza por el cuerpo y le dio un ...
... golpe en la nalga. Eso puso a mil a Diego, quien se giró, se quitó toda la ropa quedando solamente en boxers y se abalanzó hacia la entrepierna de su tío. Ahora sólo una amarillenta y olorosa tela de calzoncillo separaba a Diego de su objeto más deseado, el pene de su tío abuelo. Con sus manos apoyadas en su peluda barriba, Diego olió profundamente la mancha amarilla del calzoncillo, le pasó su lengua, y con los dientes, fue bajando para destapar el tronco. Con los ojos como platos, Diego vio por primera vez ese pene; no muy largo, unos 13 cm, extremadamente ancho, más de 7 cm, con muchísimas venas que lo recorrían, unas buenas bolas que parecían casi limones llenos de pelos negros, y coronado por una tremenda selva negra. Era un espectáculo morboso de proporciones. Don Enrique se relajó, apoyó los brazos en los costados del sillón, sabía que le venía algo rico. Diego comenzó a recorrer esa verga con su lengua, daba círculos en el glande, jugaba con el agujero de la uretra, después bajaba al tronco, se la metía a la boca, la succionaba, le masajeaba las bolas, lo masturbaba. Don Enrique gruñía como el cerdo que era, mientras le decía - Chupamela pendejo joto, dale placer a tu tío querido, así cómemela hasta el fondo - le puso las manos en la cabeza e hizo que se la chupara hasta el fondo. Diego hizo arcadas y soltó mucha saliva, dejando la polla de su tío muy baboseada. Luego de un par de lamidas a su tronco y a sus bolas, Diego se paró, se abalanzó hacia su tío y comenzó a ...