Mi primita Luna
Fecha: 14/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... alfajor y agua. No hice ruido, por lo que no se alarmaron. Mi tia estaba de cuclillas sobre la alfombra, desnuda de la cintura para arriba y con una banana en la mano. Vi como le puso un preservativo y luego cómo le abría las piernas a Luna que permanecía sentada en un sillón de mimbre, con unas medias blancas y una bombacha negra. Luna lamió la banana, la tía se la fregó entre las tetas, las que luego se encargó de chupar mientras gemía bajito, y le desplazaba la lengua desde el cuello al ombligo. ¡no podés estar así de calentita mi vida, tenés que coger vos, entregarte, gozar y aprender mucho de los hombres… no seas como yo, aburrida y estructurada!, le decía la tía a la vez que la hacía gemir con el roce de las yemas de sus dedos sobre su bombacha. ¡pero yo cogí muchas veces ma, en el cole, por eso me echaron… una vez la preceptora me encontró peteando en el baño de mujeres a dos pibes!, dijo Luna, justo cuando Zulma empezaba a empujar la banana en la entrada de su vagina. Yo ni lo pensé, y pelé el pito para masturbarme. Pero la tía me vio, y sin saber qué decir optó por invitarme. Cuando estuve al frente de Luna no lo podía creer. Temí por la salud de mis huevos afiebrados, y por mi ritmo cardíaco. Zulma se quedó en calzones, alzó en brazos a Luna y dijo: ¡vamos a tu pieza, que si el tío se entera nos mata!, y caminamos hacia allá, mientras Luna sollozaba de calentura. Cuando tranqué la puerta con un ladrillo la tía me sacó el calzoncillo y me hizo parar junto a mi cama, ...
... donde Luna me esperaba arrodillada. ¡quiero ver cómo se la chupás Lunita, dale chiquita, hacelo!, dijo Zulma con una voz muy sensual, y mi prima tras lamer mis huevos y pajearme un poquito se la mandó a la boca. No duré mucho. Luna succionó unas 8 veces entre mordiditas y lametones para quedarse con un chorro de semen que me mareó al salir como una flecha. ¡sacale la bombachita Guille, y olele la concha!, dijo la tía ahora parada contra el armario con la banana entre sus lolas. Cuando acerqué mi nariz a su sexo sentí ganas de morderla, chuparla y de inundarme los pulmones con esa fragancia femenina. Le pasé la lengua desde el inicio de su vagina hasta el culo, y parte a parte era más deliciosa cada vez. Estaba mojada, pero ahora con sus jugos de hembra en celo, y yo los saboreaba como ella lo hacía con mi leche. ¡viste?, ahora no tengo olor a pichí como cuando te reías de mí primito… aparte, ¿cómo fue eso que mi mamá te hizo la paja y vos tenías mi bombacha puesta?!, dijo Luna cuando yo ya estaba metiendo mi lengua en lo más hondo que me fuera posible de su conchita presumida, depilada y sensible. ¡no sabés cómo me mojé cuando la tía me lo contó en una carta!, prosiguió Luna oliendo mi calzoncillo. ¡dale nenito, subite encima y cogetelá!, dijo Zulma ya con la banana pugnando por entrar en su argolla por el costado de su bombacha. La tía la tenía peluda y gordita. Luna no me dejó hacer nada. Me maneató para tumbarme en la cama y se me subió como una leona desbocada. Mi poronga ...