El Crucero y Nosotros.
Fecha: 23/02/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Sexo en Grupo
Sexo Interracial
Autor: bi_gym_40, Fuente: xHamster
Como vosotros ya sabéis, me llamo Juan y hace ya más de 15 años, que estoy casado con una mujer estupenda, formidable en todos los aspectos: intelectual, emocional, físico. Se llama Susana. Y como cualquier pareja, tenemos unos hijos relativamente grandes, todo lo grande que se puede ser en la adolescencia, y también hemos tenido algunos altibajos en nuestra vida sexual. Un viernes en la noche, llegamos cansados a casa después de ir al cine a una función a las 23 horas. Como era verano, decidí darme una ducha antes de irme a dormir. Estaba en ello, cuando siento que se abre la puerta de la regadera y para mi sorpresa era Susana que también venía a darse una ducha y a prepararnos para lo que daríamos el uno al otro después, en la cama. Susana se acercó y me mirándome a los ojos me dijo: ¿Te apetezco?. A lo que respondí que sí, que como el primer día. Me contestó: - No quiero desilusionarte, pero ya no tenemos sexo como cuando estábamos recién casados.- El tiempo pasa, para todos. Para nosotros también.- Sí, es verdad. Pero mis ganas de follar siguen siendo las mismas...- Las mías también Susana...- No te creo. Ya no se te pone dura la polla cuando me ves desnuda.Era verdad. Mi polla, que me había dado tantos momentos de felicidad suprema, no mostraba ningún interés en la vagina, el culo y las tetas que ahora me increpaban su indiferencia.- Te demostraré lo equivocada que estás, le dije.- Demuéstrame que todavía puedes conmigo, me dijo ella besándomeAquellas palabras habían ...
... sido para mí como el rayo que antecede a la tormenta. Me abrazó, con sus brazos morenos, torneados por el gimnasio, yo también la abracé a ella, sentía nuevamente sus tetas, duras firmes a pesar de los años pegadas a mi pecho velludo, su lengua venenosa y lujuriosa como la serpiente cuyo veneno nubla mi cerebro había entrado en mi boca y mi garganta, y me gritaba de una forma voraz y primitiva que la hiciera mía... Mis manos temblorosas bajaron hasta su clítoris, mientras el agua humedecía nuestros cuerpos por fuera, y ella, me mostraba el océano que era por dentro... Ella bajó su mano hasta mi ano, donde empezó su lenta pero sostenida labor de penetración, donde empezaba siempre con su dedo meñique para ir introduciendo los más grandes, hasta ponerme en 4 patas y pedirle con desesperación que me penetrara con el arnés... Yo exploraba su vagina, palpitante, inquieta, hambrienta, sedienta a pesar de la humedad, y sentía sus contracciones que me impedían sacar mis dedos de adentro... Mientras más la exploraba a ella, más me exploraba ella a mí, y más fuerte se hacía la tenaza que formaba con sus poderosos brazos, hasta que llegó un momento en que tuve que pedirle que parara, porque sentía que el aire me faltaba para poder respirar...- Para por favor, me vas a matar Susana- ¿Qué te estoy haciendo?- Me estás enloqueciendo, le dije.- Te llevaré a la cama, me dijoAsí como lo leen. Me agarró las nalgas con sus manos y yo me agarré de sus hombros, y así me llevó ella cargado hasta la ...