El Crucero y Nosotros. - Relatos Eróticos

El Crucero y Nosotros.

... y me tocaba la polla, que sorpresivamente, empezó a endurecerse. Cuando ella vio eso, le indicó a Francisco que me diera una mamada, mientras ella se dejaba follar por Roberto. Francisco empezó chuparme la polla y yo sentía la necesidad de chuparle la de él. Estaba tiesa y grande, y dejaba la ver toda la cabeza. Me persigné antes de que entrara en mi boca. La mía ya estaba dentro de la boca de Francisco, que la chupaba con tal intensidad que pensé que me la arrancaría en algún momento. Yo metí la suya en mi boca, primero para chuparle la cabeza, y luego para chuparle su pene completo,agarrado con fuerza con mis manos. Francisco empezó a lamerme los testículos, y Yo me metía los suyos en mi boca. Uno a la vez. Todos nuestros sexos estaban depilados, lo que hacía mucho más excitante la experiencia. Susana, por su parte, tenía a Roberto bombeándola a voluntad. La habían puesto en 4 patas, él la había cargado para follársela de pie, cosa que yo nunca pude hacer con ella; y ahora ella estaba encima de él, meneando sus caderas y sus tetas, apoyandose con sus brazos en esa musculatura de ébano tamaño XXXL, y que encima se ponían a gemir los dos. Francisco seguía metiéndome los dedos por el ano, hasta que me dijo que ya estaba preparado para él. Me puse en 4 patas y me dispuse a ser penetrado por esa verga dura como el mástil de un barco. Pero Francisco se puso a follarse a Susana, mi Esposa, y en lugar de él, Roberto me penetró. Sentí sus manos agarrando mis caderas y su tronco de ...

... árbol entrando hasta mi corazón. Aquellas embestidas no eran humanas. Eran sobrehumanas. Puse todo de mi para que él pudiera disfrutar de un orgasmo, y lo logré. Eyaculé toda la leche que no había eyaculado en mucho tiempo, mientras Roberto gritaba y con su abrazo titánico yo sentía cómo su leche, masculina, hormonal, caliente, densa, poderosa, se adueñaba de todas mis entrañas, y pasaba a controlar desde ese momento, mis deseos, mis placeres, mis gustos, mis pareceres. Francisco y Susana habían terminado teniendo ellos dos, un orgasmo simultáneo. Y ahora estaban acostados en la cama, exhaustos, cansados y sonrientes. Roberto y Yo nos acostamos también con ellos. Solo nos miramos los 4 durante un tiempo. Roberto me besó en los labios, con ternura.- Vaya manera de empezar el crucero, dije Yo.- Y no has visto nada, me dijo Susana.- Roberto y Yo ya tenemos un mes en este crucero, y estamos como el primer día, verdad cariño?, dijo Francisco.- Sí mi Amor, respondió Roberto.- Y ahora qué hacemos?, pregunté- Yo quiero repetir, dijo Susana- Y Yo, dijo Francisco- Y yo, dijo RobertoYo empecé a ver cómo se me ponía dura la polla nuevamente, y dije:- Yo también. Qué esperamos?El crucero duró una semana. Una semana durante la cual, Susana y Yo tuvimos varias parejas sexuales. Varias veces al día. Durante todos los días. En aquel crucero, pude encontrar la motivación sexual que tanto necesitaba en mi vida. Y la encontré en aquellos hombres duros como el acero, pero tiernos como el pétalo de ...