La isla de los placeres mortales (Enter the Dame) En 120.0
Fecha: 07/03/2018,
Categorías:
BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... excepción. -No hay nada más que agregar manifestó Manuel, entonces le serviré lo mismo que al capitán, que se daba licencia acompañando la cena nocturna, con un vaso de buen vino, ofreciéndole compartir a Paula una copa, quien aceptó amablemente. El trato educado del capitán y la gentileza del malagueño hicieron que se revelaran los escasos buenos modales de la joven, así como también a socializar imitando ademanes con risas moderadas y acentuando atentamente, este básico estilo de comportamiento, era parte de la exigua herencia que había recibido por parte de “La loca”, a la que echaba mano cada vez que tenía que compartir con personas con mayor civismo, que con las que se rodeaba usualmente, convirtiéndose todo esto en un juego para Paula, al que sabía sacarle provecho, siendo de gran ayuda para su insuficiente formación, usando cada ocasión como esta, para renovar su actitud y trato. Mientras lo pensaba, sonrió muy satisfecha por el contraste que experimentaba en estos momentos; una charla informal, grata y de buen gusto, comparada con el salvaje y sórdido mundo en el que se había formado, cometiendo censurables actos en los que había incurrido durante casi toda su vida, y que ahora lo haría otra vez gustosamente en estas singulares justas en las que iba a participar. La tertulia se prolongó algunos minutos más luego de concluida la cena del capitán, momentos que este aprovechó para justificar la ausencia de Ebba y Rouge durante la cena, diciéndoles que había ordenado ...
... enviarles la colación a su camarote, y que mañana cuando aborden las restantes damas, reorganizará la ubicación de todas las invitadas. Paula no dejó pasar la ocasión, para indagar sobre la situación de Rouge, comentando: -Esto no hubiera sido necesario si hubiera respetado las reglas de la organización, agregando con fingido altruismo: -Que lamentable fue la actitud de esta “señora”, dejando entrever con la intención de su palabra la madurez de la susodicha, preguntando: -Y le harán cargos por su falta... ¿No es así capitán? -Sí, así es, respondió su interlocutor, deberá enfrentar cargos una vez que lleguemos a la isla, y se le administrará con toda seguridad “El Castigo”, como se estila en estos casos. En pocos momentos la conversación empezó a tomar la dirección que la astuta Paula buscaba, y tomando la botella de vino comentó mientras miraba la etiqueta: -¡Ah es vino griego!, es bueno, es muy bueno señaló. El capitán sintiéndose alagado por la buena opinión dada al brebaje de su natal país, se precipitó a llenar el vaso de Paula que aun se mantenía a la mitad, por lo que la chica se manifestó discretamente: Gracias solo un poco más, si me acompaña. Sabía al respecto, que no era necesario este aliciente, pero no estaba de más si conseguía continuar con el tema que le preocupaba, entonces el varón escancio ambos vasos, e inició un monologo gracias a la maña de Paula, en confabulación con un nuevo aliado; el vino griego. El capitán Theodoridis empezó diciéndole que el castigo ...