Dominada y humillada 14 - Relatos Eróticos

Dominada y humillada 14

... cortinas de la casa.

Sumisamente, fui abriendo todas las cortinas, sabiendo que esto me dejaría expuesta a las lascivas miradas de los vecinos. Cuando fui a abrir las cortinas de mi habitación, me encontré a Juan y Megan estirados en mi cama. Megan le estaba tocando el paquete por encima del pantalón y Juan le tocaba el culo y las tetas sin contemplaciones. Intenté pasar desapercibida hasta la ventana, pero la aguda voz de mi hermana me detuvo.

- Sierva, ¿por qué no pides permiso para entrar?

- Perdón, majestad. - Dije siguiendo mi papel. - Como la puerta estaba abierta, pensé que...

- Menos pensar y más obedecer. Sal y llama a la puerta.

- Sí, mi reina.

Así lo hice, y me dejaron pasar para abrir la cortina. Claro, como se encontraban en el piso de arriba, a ellos no se les vería desde la calle.

- Ya están todas las cortinas abiertas, mi ama. ¿Podría ponerme algo de ropa para que los vecinos no me vean desnuda?

- Por supuesto... que no. De hecho, tu siguiente tarea consiste en limpiar las ventanas.

Mientras pensaba alguna forma de cumplir con lo pedido sin que me vieran todos los que pasaran por la calle, Melani me agarró del pelo y me arrastró hasta la cocina.

- Deja de pensar tanto y obedece más rápido. Vamos, coge el limpiavidrios.

- Sí, ama. Perdón, ama. - Me apresuré a contestar mientras buscaba el spray de limpieza, sintiendo constantemente la presión en mi cabello, pues no me soltó ni un momento.

Cuando encontré el spray, me dio ...

... un taburete y un tirón de pelo me hizo volver al comedor, frente a una ventana, desde la que pude ver una pareja paseando tranquilamente, menos mal que no miraron hacia mí.

- Me han pedido que no ensucies trapos, así que vas a tener que limpiar las ventanas de otra forma.

Tras decir esto, utilizó el spray directamente en mis tetas.

¿A caso me estaba pidiendo que usara mis tetas como trapo para limpiar las ventanas? Eso era imposible, me verían todos los vecinos que pasearan por la zona. Intenté buscar alguna alternativa. Tal vez quería que las limpiara con las manos, y me había mojado las tetas solo para humillarme. O tal vez únicamente me estaba poniendo a prueba, para asustarme antes de darme una nueva instrucción. Mis dudas se desvanecieron con un empujón que me dejó pegada al vidrio de la ventana.

- Vamos, muévete perra. - Añadió contenta, con un irritante tono de burla.

Totalmente estupefacta, empecé a moverme, sabiendo que no me podría despegar del cristal sin haberlo limpiado.

- Por cierto, también me han dicho que nada de escaquearte de tus tareas aunque pase alguien por la calle, ¿entendido?

- Sí, ama. - Contesté al borde de las lágrimas, mientras frotaba mis tetas en círculos contra todos los rincones de la ventana.

Cuando mis tetas se secaban, me apartaba, me tiraba más spray en las tetas y seguía limpiando. Melani no me dejaba apartarme ni para esto, y debía permanecer delante de la ventana incluso mientras me tiraba limpiavidrios en las ...