Un mal día (2 de 6)
Fecha: 22/03/2024,
Categorías:
Confesiones
Autor: SexNonVerba, Fuente: CuentoRelatos
Parte 1: "
Un mal día (1 de 6)
"
Parte II
Media hora más tarde, Dua Lipa comenzó a cantar Don´t start now como todas las mañanas a las 7 en punto. Yo seguía de bruces, desnuda sobre el colchón. Solo abrí un ojo para mirar la ventana. Una intensa cortina de agua corría por el lado exterior del cristal.
—Mierda… Tengo que salir con tiempo. El tránsito va a estar fatal.
Cuando silencié el celular vi que tenía un mensaje de audio de Emiliano de hacía 10 minutos:
—Hola, Vero. Cuando estaba saliendo de casa Alberto me dijo que había tenido que cortar el agua de todos los departamentos “A”, porque la vecina del 7º está con una pérdida. Y parece que es del caño principal que baja del tanque. Yo me bañé temprano y no tuve problemas, pero fíjate...
—¡Mierda! ¡Justo hoy!
… Me estoy por meter al quirófano. No voy a estar disponible hasta el mediodía. Suerte con la entrevista. Tenés un inglés que me calienta un montón. Te quiero, nena. ¡Ah! Te dejé la llave del auto en la mesa de la cocina.
Tiré el celular sobre la cama sin evaluar siquiera en responderle y salté literalmente hacia el baño. No podía perder un solo segundo más. Me metí en la bañera y moví el control del monocomando hacia la izquierda. Inmediatamente comenzó a salir un hilo de agua que fue menguando hasta extinguirse definitivamente. Lo volví todo hacia la derecha, dispuesta a usar solo la fría, pero no hubo ninguna respuesta. Me quedé desnuda, con la boca abierta, mirando la flor de la ...
... ducha durante diez segundos con la esperanza de que el agua se apiadara de mí y comenzara a fluir como todas las mañanas, pero no sucedió. La impotencia inicial fue cediendo lugar a la desesperación. Ya fuera de la bañera, me afirmé sobre la bacha para encontrar un punto de apoyo y le hablé a mí propio reflejo.
—Tenés que pensar en algo, Vero. Tenés que pensar en algo YA…
La primera opción era vestirme y salir así, pringosa como estaba. No había ninguna posibilidad de no llegar a la entrevista. Me miré al espejo. En la mejilla izquierda, desde el mentón hasta la ceja, tenía una línea transparente que me tensaba la piel como una especie de cola vinílica. Repasando cómo se habían sucedido los hechos de aquella mañana, me toqué la nuca y pude palpar un mechón de pelo completamente tieso. Luego, la base de la espalda y el culo. Allí todavía había restos de semen fresco que al mínimo contacto se me adhirió entre los dedos. También me toqué abajo... Pude ver mi propia mueca de asco a través del espejo: Era un enchastre. Como una desquiciada comencé a frotarme la mano con la toalla, como si eso pudiera reemplazar una buena ducha, pero ni siquiera lograba quitarme el pringue de los dedos. Necesitaba agua. Ahí solté las primeras lágrimas del día. Todas de impotencia por no haber detenido a Emiliano a tiempo; por no tener agua justo aquel día clave de mi vida.
—¡Basta! —Le dije a mi reflejo —Tenés que pensar, Vero. ¡Pensar!
Volví al cuarto, tomé el celular y busqué entre los ...