Esther: despedida de soltera en familia (10) - Relatos Eróticos

Esther: despedida de soltera en familia (10)

... madre me había vendido a cambio de un dictamen que certificara que aún seguía siendo virgen, a cambio de una mentira que le daría a ganar una gran cantidad de dinero.

- Es un coño muy tierno, Esther, debió ser algo magnífico partirte el himen, envidio al idiota que te hizo mujer - dijo el hombre mientras se levantaba y se dirigía a sus cosas para comenzar a vestirse - tu turno chico, aprovéchala, ese coño lo vale - dijo el doctor antes de que su asistente se apresurara a bajarse el pantalón y se subiera encima de mi cuerpo sin que yo lograra reaccionar de alguna manera, como si algo dentro de mi cabeza se hubiera apagado, como si mis oídos solo lograran escuchar a la distancia los gemidos que salían de mi boca mientras ese hijo de perra me penetraba tan fuerte como podía, provocando mucho dolor en mi vientre, gritos de sufrimiento que se quedaron ahogados en la mano de mi madre ante cada sacudida que ese tipo le daba a mi cuerpo, mientras apretaba mis senos con fuerza y lamía mi cuello.

Al final quedé tirada en la cama sintiendo cómo el semen de esos dos imbéciles se escurría hacia afuera de mi vagina, viendo cómo mi madre y Celia me soltaban, un segundo previo a que mi tía acercara sus labios a mi oído.

- Ser una puta cuesta caro, preciosa, espero que hayas disfrutado mucho de ese cabrón de Rodrigo, porque dudo mucho que vuelvas a sentir placer en lo que te queda de vida, menos al vivir con esas perras que muy pronto se convertirán en tu familia - un beso en mi ...

... mejilla cerró aquel episodio horrible que precedió al momento en que me quedé sola en mi cuarto, llorando desconsolada, sintiendo cómo me habían arrebatado una parte de mi alma mientras mi hermana corría a mí, llorando, pidiéndome perdón por lo que acababa de ayudar a que me hicieran, antes de abrazarme con fuerza por algunos minutos hasta que mamá entró de nuevo en mi cuarto, con una sonrisa de oreja a oreja y sosteniendo ante mí un papel entre sus manos.

- Felicidades, hija, ante los ojos de la ley, sigues siendo virgen - soltó con sarcasmo antes de reírse a carcajadas por unos segundos, para luego mirarme y mirar a mi hermana, dibujado una mirada sarcástica en su rostro al ver cómo me abrazaba en un intento por consolarme - bien, ahora que el problema está resuelto, es hora de prepararse para tu boda, hija. Paola, tú bañarás de nuevo a tu hermana, asegúrate de que la concha le quede bien lavada, que no quede el más mínimo rastro de semen dentro de ella, también vas a maquillarla y a arreglarla, no tienen mucho tiempo así deberías apresúrate, porque si llegamos tarde, tú serás quien me lo pague, ¿Te ha quedado claro? - le preguntó mamá a mi hermana, ella solo asintió mientras me hacía levantarme, con mucha dificultad pues el dolor que aún sentía entre mis piernas me hacía querer quedarme en cama, querer tirarme y no saber nada más acerca de nada. Mamá volvió a soltar una risa horrible y estruendosa antes de marcharse de mi cuarto, tarareando feliz, sabiendo que su plan había ...