1. Esther: despedida de soltera en familia (10)


    Fecha: 23/03/2024, Categorías: Incesto Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos

    ... miedo comenzaba a hacerme su presa, mis piernas se movían tirando patadas tratando de defenderme del hombre que estaba a punto de violarme y mi boca era tapada por una de las manos de mi madre, a la vez que trataba inútilmente de zafarme de su agarre, queriendo golpear con mis pies a ese imbécil que se había desnudado frente a mí, intentando desesperadamente que no hiciera lo que estaba a punto de hacer con mi cuerpo.
    
    - A ver tú, chico, agarra una de sus piernas y sujétala con fuerza, Paola, tú también ayúdale, supongo que cuando el doctor se la esté cogiendo esta zorra se va a calmar un poco, ¡Anda niña, date prisa! - urgió mi madre a Paola al ver que ella no se movía de donde estaba, quedándose un segundo quieta, con los ojos muy abiertos mientras me miraba y poco a poco avanzaba hacia mí.
    
    - Lo siento mucho - susurró antes de tomar una de mis piernas e inmovilizarla, derramando un par de lágrimas mientras el hombre desnudo se abalanzaba sobre mi cuerpo.
    
    - Me encanta cogerme a mis clientas, es una delicia saber que sus maridos no tienen idea de lo que les hago mientras están sedadas, aunque que para ser honesto, esto es algo mucho más especial, odio a esas perras de Martha y Julia, siempre sintiéndose tan superiores, como si no supiera que se cogen a ese maricón de Rodrigo, será muy lindo saber que me cogí a la esposa de ese pendejo mientras te vea caminando hacia el altar - dijo el hombre, con su voz a cargada de odio y rencor, mientras sentía aterrada cómo su ...
    ... glande comenzaba a deslizarse entre mis labios hasta que encontró la entrada a mi vientre y empujó sin compasión, arrancándome un grito desgarrador que se vio amortiguado por la mano de mi madre, quien al igual que su hermana me sujetaba con tanta fuerza que apenas era capaz de moverme un poco mientras sollozaba entumecida por el miedo y la humillación que experimentaba ante el hecho de que un hombre me estuviera violando.
    
    - ¡Ahhh! ¡Me encanta el coño de una jovencita! ¡Estás tan apretada que casi pareces una virgen! ¡Ahhh! ¡Siento envidia de ese pendejo que te va a poder coger cuando quiera! ¡Tienes un coño tan tierno! ¡Uff! ¡Pero sé que te voy a disfrutar cada vez que vayas a mi consultorio! ¡Dudo mucho que te lleven a otro lugar! ¡Ellos creen que soy de confianza!- dijo antes de soltar una carcajada, mientras sentía cómo su verga entraba y salía de mi cuerpo, temblando de rabia, miedo e impotencia por no poder evitarlo, por la repugnancia que me provocaba el tenerlo dentro de mí, bombeando mi vientre con fuerza, haciendo que las paredes de mi coño acariciaran su miembro completamente en contra de mi voluntad, mientras ese cabrón se agachaba sobre mi cuerpo y se metía mis senos en la boca, lamiendo mis pezones, mordiéndolos con rabia a la vez que su embestidas se hacían más brutales y salvajes, hasta que poco después se vino dentro de mí, provocando que mi cuerpo se aflojara, que perdiera la fuerza de mis músculos y dejara de pelear, rindiéndome al hecho de que mi propia ...