Esther: despedida de soltera en familia (10) - Relatos Eróticos

Esther: despedida de soltera en familia (10)

... nuestras vidas.

Los siguientes días de aquella semana transcurrieron más o menos de la misma forma, la puerta de mi cuarto solamente se abría cuando alguna de mis tías me llevaba de comer o cuando les pedía ir al baño. Celia se comportó seria conmigo, mirándome todo el tiempo con odio, incluso estoy segura de que, si su economía no dependiera de mí, probablemente me hubiera golpeado hasta matarme, tan solo por haberle rebelado que se había entregado a su hijo; no obstante, y no sin que le costara un gran esfuerzo, Celia logró contenerse sabiendo que si no lo hacía se quedaría sin dinero y sin la posibilidad de vivir sin trabajar por el resto de su vida.

Por la única por quien sentí algo de culpa fue por Paola, pues tras la confesión de que sabía lo que le habían hecho a Rodrigo, mi hermana desapareció de la casa por algunos días y regresó hasta el viernes, un día antes de que la boda se realizara, mostrándose débil y cansada, caminando con dificultad y mostrando todo el tiempo en su rostro las secuelas derivadas de la miseria que había vivido por aquellos días. Yo la vi esa misma noche en que regresó a casa, cuando me llevó algo de comer para cenar y se sentó a mi lado en la cama, mirando a las cobijas con tristeza, como si una parte de ella le hubiera sido arrebatada días atrás.

- Paola, lo siento, no debí…

- Eso no importa, si no hubiera sido por esa razón, mamá hubiera encontrado la forma de culparme porque tú perdieras tu virginidad, no fue tu culpa, esas ...

... mujeres son una mierda, maldigo el haber nacido en esta familia.

- ¿Qué te pasó? ¿Te sientes bien? ¿Hay algo que yo pueda…? - pregunté al verla tan mal, al entender que su aspecto deteriorado no representaba ni siquiera una pequeña parte de lo mal que debía sentirse por dentro.

- No es la primera vez que me obligan a estar con otros hombres, ¿Sabes? En realidad después de tanto tiempo ya me acostumbre a esto, pero esta vez fue diferente, en esta ocasión pasé varios días en la bodega del mercado, perdí la cuenta de los hombres que entraron en ese pequeño cuarto después de los primeros veinticinco, a veces me quedaba inconsciente por algún rato, luego despertaba sintiendo a un hombre desconocido y asqueroso encima de mi cuerpo; otras veces me sacaban de la bodega y me daban un poco de comida y agua, luego me llevaban a un lugar diferente para bañarme con el chorro de agua fría que salía de una manguera, antes de regresarme a la bodega y que otros hombres continuaran usando mi cuerpo, al final solo me arrojaron mi ropa y me ordenaron vestirme, nadie dijo nada más, nadie me volteó a ver siquiera cuando caminé por los pasillos del mercado mientras sentía cómo el semen de un montón de idiotas me escurría por las piernas - Paola comenzó a llorar, pero su expresión facial no se vio en lo más mínimo alterada - hace un rato cuando llegué, le pedí a mamá una pastilla para no quedar embarazada, ¿Sabes qué fue lo que hizo? Se rió de mí, me dio un par de bofetadas y me dijo que no me ...