Esther: despedida de soltera en familia (10) - Relatos Eróticos

Esther: despedida de soltera en familia (10)

... daría nada, que quería que quedara embarazada y esperaba que fuera de una niña, porque así tendría otra puta en la familia a quien cambiar por lo que necesitara y que, si llegaba a tener un niño, probablemente se lo vendería a alguna familia que no pudiera tener hijos - su rostro seguía sin presentar emociones a pesar de que el arroyo de sus lágrimas se hacía cada vez más intenso.

- ¿Por qué no solo te vas? ¿Por qué no…? - una triste y dolorosa sonrisa se dibujó en sus labios.

- ¿A dónde podría irme? No conozco a nadie que pudiera darme refugio, no sé hacer nada más allá de bajarme los calzones y abrir las piernas a los hombres que le pagan a mamá por estar conmigo, yo no…

- ¡Paola! ¡Te necesito aquí abajo, ahora! - gritó mi madre desde la planta baja de la casa, haciendo que mi hermana se pusiera de pie de inmediato y se dirigiera a la salida de mi habitación.

- Hermana, ¿Tienes idea de lo que van a hacer para evitar que el contrato se cancele? - pregunté, haciendo evidente la preocupación que me había aquejado durante toda la semana, aquella pregunta que me acosó en cada minuto después de la charla que tuve con mi madre y con mi tía. Paola me miró desde la puerta y suspiró.

- No, no tengo idea, pero yo en tu lugar esperaría lo peor, al menos así no te será tan doloroso lo que esas… lo que mi tía y mamá puedan hacer contigo - terminó de decir un segundo antes de que la puerta se cerrara tras ella para luego escuchar cómo le echaba llave a la cerradura.

Esa ...

... noche me sentí muy nerviosa y asustada por lo que mi madre y mi tía pudieran hacer conmigo, pensando en los peores escenarios que se me ocurrieron, imaginando cosas horribles que podrían emplear para que nadie se diera cuenta de que mi virginidad ya no existía, pero lamentablemente, nada lo que imaginé llegó siquiera a acercarse a lo que en realidad ocurriría aquella mañana en la que el doctor se presentaría en mi casa, temprano como lo estipulaba el contrato, para asegurarse de que mi himen siguiera intacto. Paola entró en mi habitación y me hizo una señal para que la acompañara.

- Mamá me ordenó que te diera un baño, así que… - no hizo falta que mi hermana terminara aquella frase antes de que me pusiera de pie, tomara mi toalla y me dirigiera al baño, acompañada siempre por mi hermana, supongo que mamá y Celia seguían pensando que tal vez trataría de escaparme y que por ello habían instruido a mi hermana para que no se me despegara en ningún momento.

No fue un baño agradable aquel que tomé teniendo a mi hermana a tan solo un metro de distancia, sintiendo el temor de lo que harían conmigo aquella mañana, el terror que me provocaba la posibilidad de que sus planes no salieran como lo esperaba y que Celia hiciera efectivas aquellas amenazas que me atormentaron durante todos esos días.

Cuando al fin terminé de bañarme, tomé mi toalla y envolví mi cuerpo en ella, al igual que hice lo mismo con mi cabello, ocupando para tal efecto una toalla del baño. Paola me miró con ...