Los «toques prohibidos»
Fecha: 03/04/2024,
Categorías:
Incesto
Sexo en Grupo
Sexo con Maduras
Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30
... cuidada.
—Puede que tengáis razón, pero me cuesta aceptarlo —les decía mi amiga.
—Mira, Zoraida, ya que te estás integrando en nuestro grupo. ¿A ti no te gustaría darte el capricho de disfrutar de unos chavalitos?
—Claro, ahora que mi marido no me hace caso, ya tengo su permiso.
—Qué bueno, porque nosotras sabemos de una casa donde atienden a mujeres.
—¿Qué tipo de lugar es ese?
—Pues como los que van los hombres, pero para mujeres, con chicos a su disposición.
—No sabía que existiera eso.
—Todo existe, amiga. Cuando hay una necesidad, siempre hay una forma de satisfacerla, pero ahí solo van señoras ricas que pueden pagarlo y que necesitan discreción, así que nosotras tenemos que arreglarnos de otras maneras.
—¿Qué maneras?
—Las que tenemos hijos ya lo puedes suponer, también les hacemos esos “toques prohibidos” de los que has oído hablar. Si nos apetece, se la ponemos durita y nadie nos quita de darles alguna chupadita y ya si te calientas mucho, les dejas que te monten. Y ellos cuanto más les permitas, más encantados están ellos.
—Eso ya me lo había imaginado, he conocido casos en todos los lados, pero las que no los tenemos…….
—Siempre se tienen sobrinos o vecinas con chicos varones con los que te puedes dar el gusto y las que no, con el de alguna amiga generosa. Cada una lo hace como puede.
—A mí nunca se me pasó por la cabeza liarme con un chavalito, pero con lo que me está pasando aquí y lo que me contáis, ya me entra la ...
... curiosidad y las ganas.
—Claro, amiga, entre nosotras tenemos que ayudarnos, ya que los hombres van a la suya. Cuando nos pasamos un tiempo de casadas, se cansan de nosotras y nos tienen abandonadas, como te pasará a ti ahora. Por eso, a veces nos reunimos en algún lugar con nuestros hijos y nos damos nuestra fiesta particular, aparte de que otras lo hagan por su cuenta, que es lo más normal, porque tenemos que ser más discretas que los hombres, al ser nuestros vicios menos aceptados que los de ellos.
—Bueno, pues si me invitáis, iré encantada.
Pocos días después, avisaron a Zoraida con la excusa de que iban a celebrar el cumpleaños de uno de los niños. Su mamá lo celebraba en su casa, habiendo invitado a tres amigos de él, todos ellos en esas edades adolescentes o incluso sin haber llegado a ella, como el hermano pequeño de uno de ellos que también les acompañaba, juntándose allí todas las madres con mi amiga, a la que explicaron que en ese barrio eran todos muy solidarios entre ellos y que aceptaban a toda la gente venida de fuera que se quisiera integrar en su forma de vida.
Zoraida lo comprendió como un buen gesto de generosidad el haberla invitado, sin que ella tuviera hijos que la acompañaran, sobre todo sabiendo cómo se iba a desarrollar esa fiesta.
Al principio, los niños lo celebraban entre ellos, con los dulces que les habían preparado, mientras las mamás charlaban entre ellas de sus cosas, bebiendo unos licores, hasta que empezaron lo que podríamos decir los ...