GINA: LA HISTORIA Tercera parte
Fecha: 11/04/2024,
Categorías:
Transexuales
Autor: andrea, Fuente: TodoRelatos
ANDREA (PARTE II)
POR: Andrea delCastillo
Efectivamente, me fue muy difícil y doloroso despedirme de Joaquín. Los casi dos años que pasamos juntos, cogiendo como locos todos los días, me habían producido una serie de costumbres que necesitaba satisfacer. La principal, desde luego, era la de sentir mi culo lleno de verga y de semen. Otra: el sabor del semen en mi boca; paladearlo, sentirlo como resbalaba en mi garganta. Sentir mi boca llena del sabor y grosor de la verga . En fin, muchas cosas que me estaban haciendo falta al siguiente día de que se fue mi amante.
Ya habíamos terminado la secundaria y la verdad, yo no sentía ganas de seguir estudiando. Me metí a una escuela técnica para continuar mi aprendizaje de la electrónica y para practicar, me consiguieron que fuera a una estación de televisión, pues mi objetivo era dedicarme a ese medio..
En tanto yo, para tratar de compensar la pérdida de mi amante, me dio por buscar relaciones fáciles en el único bar (en aquel entonces), en el que se reunían los homosexuales: El Bar Panchos. Las pocas veces que ligué ahí, terminaba con una depresión, pues no podía olvidar las sesiones de sexo en las que yo siempre me vestía y actuaba como verdadera mujer, ya que la mayoría de los gays que asistían, también querían su ración de verga; cosa que yo no les podía dar. Mas de una vez me quisieron golpear, pero afortunadamente lograba controlarlos. Una de esas veces que fui para ver si conseguía una buena verga, me encuentro de ...
... manos a boca con mi ex - maestro de sexto año, el maestro José. Nos quedamos viendo pasmados sin saber que decirnos durante un rato. Al fin, me decidí y lo saludé como si tal cosa. Hola maestro, ¿cómo ha estado?; le dije. El se quedó sin saber que decir y yo seguí hablando: ¿Me permite ofrecerle algo de beber?, venga a mi mesa. Él me siguió callado y tal vez pensativo. Llegamos a una mesa y pedí unos tragos. En lo que los traían el profe se atrevió a hablar: ¿Qué haces por aquí Castillo?, no te veía desde que terminaste la primaria. Pues yo creo que lo mismo que Usted maestro, vengo a pasar un rato; le contesté. Se quedó callado viéndome fijamente. Yo le sostuve la mirada y le dije: ¿Sabe que maestro?, es que soy homosexual, y la verdad vengo a buscar con quien entretenerme un rato. ¿Y ya habías venido antes?, porque no te había visto. Si maestro, vengo con alguna frecuencia, lo que pasa es que me salgo temprano y ya no regreso. Guardó silencio un momento y me dijo: No me digas maestro, aquí soy tu amigo, dime Pepe, ó como me conocen aquí: Pepita. Entonces, le dije, dime Andrea que es como me gusta que me llamen. Nos reímos y nos dimos la mano afectuosamente. Después de charlar y tomar un rato de cosas sin importancia, me preguntó: Y dime Andrea, ¿ya te habías definido desde que estuviste en la primaria?. Le conté entonces todo lo que me había sucedido, mi experiencia con los vegetales, el tiempo con mi tío, mi vida con y sin Joaquín y mi necesidad de vestirme de mujer para ...