Adahí: mi nena se ha convertido en mujer (FINAL) - Relatos Eróticos

Adahí: mi nena se ha convertido en mujer (FINAL)

... a su novia, lo que pasó con Sofi, lo que ocurrió luego en el cine con Adahí, el acuerdo que hicimos y la forma como nos comportamos en casa al estar a solas; si bien no entré en detalles en cuanto a lo que hicimos propiamente, si le hablé de cómo me hizo sentir el estar de esa forma con mi hija, de cómo me sentía en ese momento y de lo que Adahí me dijo que experimentaba tras nuestra aventura de un fin de semana.

- Ya veo - comentó Lidia cuando terminé de hablar, sin dejar de mirarme con ese gesto suspicaz que me expresaba cierta reticencia a creer en la veracidad de mis palabras, que me hacía pensar que ella creía que le estaba ocultando algo - entonces, ¿Se acabó? ¿De verdad crees que tu hija cumplirá su palabra?

- Por supuesto, amor, ella y yo…

- Y tú, ¿Vas a ser capaz de no verla más como mujer? - preguntó de pronto, pero el tono acusatorio en su voz me sugirió que ella dudaba mucho que aquel trato que hice con mi hija pudiera cumplirse tal cual lo habíamos pactado.

- ¿Está todo bien? Quiero decir, pensé que estabas de acuerdo con esto, pero por como te veo ahora… - le pregunté sin poder hacer a un lado la incertidumbre que me invadía ante la actitud de mi chica.

Ella me miró con seriedad por un momento, antes de sonreír sin energía y asentir con la cabeza, para luego salir de la oficina y esperarme en el pasillo, sin mirarme, manteniendo su atención en algún papel que tenía en la mano mientras me daba cuenta de que algo había pasado con mi chica, de que ...

... aunque ella no me lo dijera, algo no estaba bien con ella, algo había cambiado entre nosotros.

Tomando en cuenta que en aquel instante las clases ya estaban a punto de comenzar, decidí que aquel no era el momento adecuado para tratar lo que le molestaba, así que partimos hacia las aulas para iniciar lo que resultó ser una mañana sumamente agobiante, en la que Lidia se dedicó a hablar exclusivamente de asuntos de trabajo, sin dar la menor oportunidad a que sacara el tema de lo que había pasado con Adahí, a que hablara de nosotros o tocara algún tópico que tuviera algo que ver con nuestra vida personal; sin embargo, al llegar la tarde, mientras dejábamos nuestras cosas en la oficina, justo cuando era la hora de ir a comer, decidí que no podíamos seguir de esa manera, que debíamos hablar, esclarecer todas aquellas cosas que habían quedado en el aire y escuchar todo lo que no me dijo por la mañana.

- Silverio, ¿Estaría bien si hoy voy a comer sola? Es que necesito llamar a…

- No me digas mentiras para escabullirte de mí, si no quieres que estemos a solas solo tienes que decirlo, pero primero quiero saber cuál es la razón de tu actitud, creo que lo justo es que me hables con la misma honestidad con que yo te he hablado desde que comenzamos a estar juntos, así que te escucho - contesté, un poco molesto porque hubiera adoptado una actitud que no correspondía con la forma como se había comportado hasta ese momento conmigo.

Ella dibujó una expresión de sorpresa en su rostro ...