Adahí: mi nena se ha convertido en mujer (FINAL) - Relatos Eróticos

Adahí: mi nena se ha convertido en mujer (FINAL)

... y por unos segundos me miró sin saber qué hacer o qué decir, hasta que reaccionó de nuevo y cerró la puerta de la oficina para luego ir a sentarse al sillón, mientras yo permanecía con el trasero recargado en mi escritorio, esperando con aprehensión a que Lidia comenzara a hablar.

- Sé que lo que tuviste con tu hija fue algo especial, tu mirada cuando te lo pregunté se iluminó, lo vi también en el gesto de felicidad que mantuviste mientras me hablabas de ella, además, también me doy cuenta de que te encantaría que aquello se repitiera, puedo verlo en tus ojos, eres demasiado transparente con tus sentimientos y tus deseos y… lo siento, sé que en parte lo hiciste porque yo te lo sugerí, pero yo no quiero… - Lidia hizo una pausa un tanto más prolongada de lo que me hubiera hecho sentir cómodo, la cual aprovechó para respirar profundamente y desviar la mirada, antes de que sus ojos se posaran de nuevo en los míos y reanudara su discurso - escucha, no te estoy recriminando nada, desde un inicio te dije que te daría lo que necesitaras y sigo pensando en ello, pero las cosas cambiaron mucho desde que comenzamos con todo esto - las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas - a mí no me importa que te acuestes con otras mujeres, pero no quiero ser la rival de tu hija y en el caso de que en verdad te separes de tu esposa, no quiero ser la razón por la que no puedas estar con Adahí como ambos lo desean y tampoco quiero sufrir porque no te pueda tener para mí, porque no pueda ...

... decir que eres mi hombre sabiendo que deseas más a tu hija que a mí, que la amas más como mujer que como hija, así que… - mi celular sonó y el discurso de Lidia se vio interrumpido cuando se dio cuenta de que estaba entrando una llamada.

Un estremecimiento agobió mi cuerpo cuando vi que la llamada provenía del celular de mi hija y luego miré el afligido rostro de mi chica, quien bajó la mirada en un gesto de resignación que no me gustó para nada, que me hizo ver que Lidia estaba dando nuestra relación por perdida, que tal vez ella imaginaba un futuro muy distinto del que yo le había planteado en cuanto a la relación que tenía con Adahí y en cuanto a la posibilidad de hacer una vida juntos una vez que Teresa decidiera marcharse de mi lado.

- Contesta, por favor - expresó Lidia sin dejar de llorar, mientras escondía su cara detrás de un pañuelo con el cual limpiaba las lágrimas que habían salido de sus ojos.

La voz de mi hija se escuchó en el altavoz del celular en cuanto abrí la comunicación, tan fuerte y clara que era un hecho que Lidia la escucharía, una posibilidad que me tentó a desactivar el modo de altavoz, pero que al ver el desastre emocional en que se había convertido mi chica, decidí dejarlo así, pues quería que mi novia estuviera consciente de que ella era mi mujer y yo era su hombre y que eso no lo cambiaría mi hija, por mucho que la deseara y por mucho que pudiera querer que aquel fin de semana se repitiera, el amor que sentía por Lidia era mucho más intenso, ...