Profesor de mis hermanas (XI: Paz en el Verdor) - Relatos Eróticos

Profesor de mis hermanas (XI: Paz en el Verdor)

... manos alrededor de la cintura de sus hermanas. Las cinco sonreían con deseo, estaban algo ruborizadas, y dos de ellas se relamieron los labios.

—¿C-cualquiera?

—Cualquiera. ¿Quién quieres que reciba tu leche hoy?

—¿Hoy? Um… —Las miré. Indiqué con mi dedo a una de ellas—. Creo que tú.

—No, sé más directo, mi cielo. Tú eres el jefe. Tú eres nuestro dueño —me dijo mi mamá, haciéndome la paja con más fuerza y velocidad. Se me hinchó el pecho de orgullo mientras sentía que estaba a punto de estallar.

—Sí, mamá. Tú. Ven aquí —ordené.

Mi hermana se acercó con una sonrisa en el rostro mientras las otras cuatro le sacaban la lengua y se quejaban de no haber sido elegidas. Ella se puso de rodillas, abrió la boca cerca de mi polla que sujetaba mi madre, sacó la lengua como una perrita obediente, y me habló con una voz muy sexy de súplica.

—Por favor, hermano, dame tu leche, aliméntame el día de hoy.

Mi madre me tomó el rostro, acercó sus labios a los míos, y cuando nos unimos en un beso prohibido, sentí que mi eyaculación empezaba.

*****

Y entonces desperté. Por supuesto que desperté. Tenía una erección enorme que de inmediato comencé a atender, intentando que las memorias de mi sueño no se desvanecieran tan rápido. Cuando recordara que, aunque había tenido algún tipo de actividad sexual con todas mis hermanas, no tenía un harem. O más aún, temía recordar que mi mamá no era la típica madre de película porno, dulce y cándida y que quiere demostrarte su ...

... cariño con una paja. Mi madre era más bien dura, profesional, firme, aunque también era jovial y alegre, no de una manera materna. Lo que sí era… era una MILF. Era extremadamente sexy, en eso mi sueño no se había equivocado, así como en las pajas que me había hecho con su ropa interior en mi juventud.

Me estaba masturbando más rápidamente, y decidí que podía buscar una porno en internet para calmarme. Pero era domingo. ¿Qué diablos estaba haciendo con mi vida? Era temprano todavía. Quizás salir a trotar un rato por el parque no me haría mal.

No me había equivocado. Era un gran día. El sol brillaba, el aire estaba fresco, las aves cantaban y todo eso. Mi erección se había ido, afortunadamente. Pero, como ya imagináis, no por mucho. Capté a una muchacha impresionante corriendo por el parque, delante mío, a unos diez metros. Lucía un atuendo de gimnasio completamente negro: zapatillas de correr, un tank top donde sus enormes pechos botaban como locos, y unos shorts ajustadísimos en un culo que parecía hipnotizarme mientras avanzaba entre los árboles. Al principio solo la seguí porque era un bombonazo… luego la seguí porque noté que era mi hermanaPaz.

Era bastante rápida. Siempre lo había sido, me estaba tomando un rato alcanzarla. ¿Qué tenía de malo? Era mi hermana, no había nada de raro hablar con ella, a pesar de que en ese mismo parque era donde había estado follando con Sol la noche anterior. Pero qué increíble se veía. Por lo que recordaba, ella y su gemela Luz siempre ...