Profesor de mis hermanas (XI: Paz en el Verdor)
Fecha: 27/04/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Nightwing1000, Fuente: TodoRelatos
... habían sido muy atléticas, y ahora solo se veía mejor, con unas curvas endemoniadas que volverían delirante a cualquiera, y que pertenecían a una muchacha que ni siquiera tenía edad para beber. A veces, no sabía si la estaba siguiendo a ella o a sus bellísimas y largas piernas; a veces mis ojos estaban pegados en su culo perfecto, tanto que casi choqué con un par de idiotas que también se habían quedado mirándola trotar.
No sabía si me había notado, pero luego de un rato me di cuenta de que me estaba guiando hacia un sendero con menos gente, cerca de una fuente. Había solo una banca en ese lugar… una mujer ya sentada allí…
¡Mar!
De la sorpresa, no noté que Paz, nuevamente como un silencioso ninja, me había agarrado del brazo y llevado a un sitio oscuro entre unos árboles, desde donde podíamos ver a nuestra hermana sentada en la banca, junto al agua.
—¿Qué estás…?
—Shhh —me dijo mi hermana, cubriéndome la boca mientras presionaba su cuerpo contra el mío para poder ocultarnos bien entre los árboles.
—¿Q…?
—Shhh. ¿Querías saber qué ocurría con Mar? Aquí lo tienes.
Entonces noté que la mujer en el banco estaba hablando por teléfono. Escuché atentamente.
—Ya te dije que no. No. ¡No, hijo de puta! Ok, ok, disculpa, no lo hagas, es que… Teníamos un acuerdo. ¿No es así? ¡Un trato! Sí. Sí. Puedo chuparles la polla a todos si quieres, pueden correrse en mi cara, en mi boca, en mis tetas, en mi puto cabello si les place, pero mi coño… ¡mi culo tampoco, no te ...
... hagas el listo! ¿Qué? ¿Qué te importa si soy virgen o no? Ese era el trato. Está bien. Espera, ¿qué? ¿Con diez chicos? ¿Me vista cara de puta? ¡No, espera, no lo hagas! Joder… e-está bien. Que sean los diez, pero nadie me toca los agujeros, las fotos se quedan donde están, ¿ok?
—¿De qué fotos habla? ¿Qué está ocurriendo? —le pregunté a Paz en un susurro, aunque podía adivinar con alta probabilidad de que se trataba de algún tipo de chantaje.
Paz sacó su móvil de entre sus tetas, debajo del top, y no os mentiré, el hecho de que estaba cubierto de sudor de sus senos no me dio ni un poco de asco, sino que todo lo contrario. Miré el teléfono. Había unas fotos increíbles de Mar, de cuando ya había perdido peso y estaba en perfecta forma, pero quizás de hace un año o dos, tomándose selfies desnuda ante un espejo con una cara de viciosa que no os imagináis. Si me las hubiera enviado a mí, y yo hubiera sido el receptor de esa cachonda sin escrúpulos, con sus preciosas tetas, su delgada cintura, su coñito, que Mar mostraba en una de las fotos mientras se inclinaba de espaldas hacia el espejo mostrando la perfección de su culo… No sé, creo que me hubiera vuelto loco mientras corría a su habitación, nos lleváramos mal o no.
—Se las tomó hace un año, creo. Le robaron el móvil, y la están chantajeando con esas fotos, con publicarlas en sitios porno.
—¿Y tú cómo las tienes?
—Había hecho una copia de las selfies inicialmente en su laptop. Eran solo para ella misma, supongo. No ...