Chantaje a mi puta perra xxi - Relatos Eróticos

Chantaje a mi puta perra xxi

... ellas son jóvenes y tienen que seguir con sus amistades, y si tiene dudas que pregunte.

Estuve un rato hablando con Alicia, quedando con ella en que me mandase un correo con el enlace de pago y en cuanto estuviera hecho, le mandaría un correo con las direcciones.

Jara estaba aún hablando por el whatsApp, me levante, me puse tras de ella y metí mis manos bajo su camisa, atrapando sus pechos, que acaricie y pellizque, mientras ella entre suspiros seguía a lo suyo, hasta que llego un momento que no aguantaba y soltó el móvil, echando su cabeza hacía atrás, aprovechando yo para comerle la boca, con ganas, con pasión, le quería devolver su entrega, lo bien que lo hacía. Fui girando la silla hasta ponerla frente a mí

-Disfruta…

Fui desabrochando cada botón de su camisa, sin soltar sus pechos, mientras me dejaba caer de rodillas, besando cada milímetro de piel que dejaba al descubierto. Al notar mis intenciones, ella misma se incorporó un poco y se subió la falda, abriendo sus piernas todo lo que la silla le permitía, al notar mi lengua rozar su clitoris por encima de la braga…

-Jara. -Agggggg, me corroooo, ufffffff, graciassss.

Vaya si se corrió, porque sentí, y eso que tenía las bragas, como mi lengua se llenaba de jugos, aparte con mi boca sus bragas, metiéndole de golpe mi lengua en un chorreante coño, y no paré de morderlo, de acariciarlo hasta que sentí como se corría otra vez, aprovechando que estaba convulsionando, para ponerme de pie y cogiéndola de ...

... los pezones con fuerza, tire de ellos hacia arriba, hasta que se puso de pie, retire la silla y empujándola con delicadeza, la tumbe en la mesa, me desabroche los pantalones, me saque la polla y apoyando sus piernas en mis hombros la penetre, pero mientras me la follaba despacio, con delicadeza, haciéndole sentir cada vez que entraba y salía de ella, mis manos no eran nada delicadas, pues estas apretaban con toda mi fuerza sus pezones, asi estuve más de quince minutos, pues cuando veía que me iba a correr, paraba y empezaba otra vez, perdí la cuenta de las veces que ella se corrió.

-Me corroooo.

Me fui saliendo de ella, hasta que deje caer sus piernas de mis hombros, cogí sus brazos y la levante, la pegue a mí y me fundí en un beso intenso. La tuve que ayudar a sentarse, porque las piernas no la sostenían, me senté frente a ella y esperé a que recuperara la tranquilidad.

-Jara. – (Con lágrimas en los ojos), gracias, no se lo va a creer, pero he soñado más de una vez con esto, con estar a solas con usted, en que me haga más el amor que en que me folle, gracias.

-No me las des, te lo mereces, por muchas cosas, y me gustas mucho, más de lo que crees, no será la última vez, tendremos tiempo.

-Jara. -Gracias, uffff, menos mal que se ha llevado Mimi el coche, porque ahora necesito que me dé el aire, jajajaja, bueno primero tendré que poder andar.

Me gustaba su humor.

-Si, nos vamos a dar un paseo, precisamente por eso se lo ha llevado, llevamos dos días muy ...