Choni y snowbunny (2) - Relatos Eróticos

Choni y snowbunny (2)

... interior a fin de que pudieran volver a vestirse. Las dos recogieron sus prendas del suelo y procedieron a vestirse rápidamente, aunque en el caso de Leonor tuvo que hacerlo sin ponerse la ropa interior que había vestido la noche anterior. El modelito de lenceria de Victoria Secrets no había sobrevivido a la noche, y Leonor lo tiró sin el menor remordimiento en el cubo de basura que había dentro del almacén.

Una vez vestidas, las dos putillas se dirigieron a la furgoneta de Godswill, pero vieron que era Lucky quien se encontraba al volante. Al abrir la puerta lateral se encontraron al propietario del vehículo sentado, pantalones bajados y el pollon apuntando al techo de la furgoneta. Las dos chicas se sonrieron y se pusieron a comerle el rabazo al macho.

En este viaje las chicas tomaron posiciones inversas a las que tuvieron en el de ida, y así Vane se puso a chuparle el pollon a Godswill mientras que Leonor empotro su carita contra los cojonazos y el ojal del negro. Las dos se emplearon a fondo en su labor pero con un resultado distinto al que obtuvieron con Lucky hacia unas horas. Mientras que por la tarde del día anterior el tráfico había sido bastante liviano y el desplazamiento fue rápido, en la mañana el trafico era mucho más denso y eso hizo que el tiempo necesario para recorrer el trayecto fuese mayor, lo que redundó en que Vane recibiese un chorro de semen de macho negro en su boquita antes de llegar a destino. Vane se esmeró en recibir sin perder una gota ...

... los trallazos de semen hirviente y espeso que el semental vertió en su boca.

Vane le enseño la masa viscosa y caliente al negro ya que sabía que le encantaba ver su simiente en la boca de la chica antes de que esta la engullese. Leonor cambió su posición y se puso junto a Vane, expectante pero sin decir palabra. Vane cerró la boca y engulló lentamente, mientras Leonor fruncia el ceño disgustada. Tras unos segundos Vane le cogió la cara a Leonor con las manos y la acercó a la suya para plantarle un beso en los labios a la pija. Ese beso se convirtió rápidamente en un morreo entre las dos en el que la choni compartió el semen que no había tragado, alegrando a Leonor. El beso entre las dos se alargó en un combate de lenguas entre ambas hasta que no quedó ni un ápice de semen por compartir.

Justo en aquel momento la furgoneta se detuvo junto al garaje del edificio donde vivía Vanesa. Rápidamente se abrió la puerta lateral y de ella salió como una exhalación la choni, trotando sobre sus taconazos y entrando al garaje a toda velocidad. Apenas había estado en la calle treinta segundos, de modo que ninguno de los vecinos pudo llegar a atisbar quien era la mujer que entraba al edificio con aquellas pintas de buscona.

De vueltas en el trastero Vane se cambió de vestimenta, recuperando las ropas que había vestido la noche anterior, recompuso su pelo y su maquillaje y se dispuso a salir de allí rumbo a su cita con el cornudo de su novio. Cuando salió por la puerta principal del ...