Choni y snowbunny (2) - Relatos Eróticos

Choni y snowbunny (2)

... bloque de apartamentos nadie habría dicho que Vanesa era la misma chica que con aspecto de ramera había entrado 15 minutos antes al edificio y mucho menos que se había pasado buena parte de la noche haciendo cosas que más de una puta o una actriz porno no habría hecho.

Vane se dio un tranquilo paseo hasta la cafetería donde había quedado con su novio, sin preocuparse lo más mínimo porque volvería a fallar en la hora de llegada. Cuando estuvo cerca de la cafetería vio que su novio estaba sentado a una de las mesas que había fuera del establecimiento con un café y una tostada en la mesa. El chico nada más verla empezó a hacer gestos con la mano temiendo que Vane no le viese, a los cuales la choni respondió con desgana.

- Buenos días, Vane - le dijo el joven justo antes de darle un beso en los labios a nuestra heroína.

- Buenos días, cari. Perdón por la tardanza - respondió la joven con una amplia sonrisa, no por la alegría de ver a su novio sino por el morbo de saber que esos labios que su novio había besado con tanto cariño habían hasta hace unos pocos minutos sido el solaz de las pollas, los cojones, los ojetes... de una decena de machos negros.

- ¿Te pido algo para desayunar? - preguntó el joven solicitamente.

- No, gracias, me he pegado un atracón de porras y leche antes de venir, Alex - le dijo a su cornudo la choni.

Alex se enzarzó en un diálogo con su infiel novia, la cual participó con en la conversación con disimulada desidia, a la par que Vane se ...

... volvía a plantear porque tenía un novio como Alex, y la respuesta volvió a resonar en su cabeza, para joder a Jenny, otra de las chonis del barrio a la que Vane le tenía particular inquina. Sabedora de que su oponente estaba muy interesada en el universitario Vane se las había arreglado para engatusarle y fastidiar la conquista a la otra chica. Lo que en principio había pensado como una conquista rápida y un ruptura casi inmediata, se había convertido ya en una relación de 8 meses. Básicamente gracias a la largueza del joven con el dinero que sus padres le daban con escaso control para sufragar sus gastos, que dedicaba sin reparo ninguno a comprar regalos y caprichos a la joven. Alex, a pesar del bombo que se daba como conquistador y semental, había resultado ser en manos de Vane un pagafantas sin remedio, que corría con los gastos de cualquier antojo de la choni, quien por su parte lo mantenía a "pan y agua" o mejor dicho a paja y magreo, ya que no había ido mas allá de magrear a Vane y de recibir en alguna ocasión un trabajito manual de la chica que le había hecho terminar en escasos minutos.

Vane, a pesar de los momentos de ocasional fastidio, había cogido cariño al chico, puesto que era sumamente servicial, atento, siempre escuchaba lo que ella tenía que contar y era perrunamente fiel. Además el chico no era feo, justo todo lo contrario, pero eso sí el tipo de belleza que podía encontrarse entre los cantantes de K-Pop, razón por la que Jenny bebía los vientos por él. Sin ...