El secreto que guardaba mi novia - Relatos Eróticos

El secreto que guardaba mi novia

... puesta en que algo sucediera, que pudieramos terminar romanticamente, y amanecer desnudos y sudados. Luego de prepararnos para la cama, nos encontramos besándonos y yo intentando meter mano, avanzar. Hasta que ella me pone freno, me dice: "Tenemos que hablar". Hablar, no, tenemos que hacer, le repetía yo. Pero no había caso, estaba en plan para frenarlo todo.

"Bueno, que sucede, que es tan importante" le dije.

"Mira, estamos aquí, seguramente te habrás imaginado todo como para intimar, pero te tengo que confesar algo" me soltó.

Sorprendido, quedé a la espera, me intrigó que pudiera ser tan importante.

Comenzó con vueltas, hasta que fue al punto. "Te he dicho que no he estado con otro hombre, pero eso no es así".

Mi cara se transformó. Que me estaba diciendo, que era lo que sucedía. Nos quedamos mirando uno al otro. Hice seña como para que continuara. Me dijo " Si, si, eso, te he dicho que no había estado con otro hombre" y la corté "Pero bueno, ¿de qué hablas? ¿Me has mentido? ¿has tenido sexo con otro? ¿te ha desvirgado?".

Luego de un silencio que fue eterno, me ha dicho: " Pues si, si, he estado con otro, pero no es como te imaginas".

Con enojo y frustración, comencé a levantar el tono de voz, casi gritando lo que me ofendía, las mentiras que me había dicho y el dolor que me causaba. Hasta que ella dijo: "Basta, termina ya. Vas a escuchar lo que tengo para decir, y si no te gusta, terminamos aquí". Fue como un golpe. Me dejó perplejo. Y solo atiné a ...

... quedar escuchando.

Ella inició su relato: "Bien sabes que hemos tenido nuestras discusiones, nuestros momentos de crisis. No es fácil que alguien te comprenda. Una piensa muchas cosas, y sobre todo cuando las cosas van mal".

Mi rostro se iba transformando, estaba hablando de momentos de nuestra relación.

Siguió: "Siempre me han dicho que alguien mayor, que conoce de la vida puede ser buen consejero. Más de una vez, sabes que he bromeado con que eres muy pequeño, quien con niños duerme...."

Mi mirada escrutaba cada uno de sus gestos. Continuó "Para consejos, que mejor que alguien conocido, y que guarde los secretos, ¿no? Bueno, Sergio, el amigo de mi hermano, pues siempre me ha comprendido, ha tenido muy buena vibra, y me ha ayudado mucho. Sergio, como sabes, está casado, tiene hijos y eso me dio la confianza de que sabía de lo que hablaba".

Maldito Sergio, un cabrón, siempre bromeando, alardeando, lo odiaba; ahora quería terminar con él.

Sigue, le dije. "Bueno, habíamos discutido. Tu siempre con tus formas y obstinaciones. Esa tarde me sentía sola, mal, desamparada. Escuché el timbre y era Sergio, venía en busca de mi hermano, pero yo estaba sola en casa. Me vió mal, pasó a hablar y tratar de consolarme".

La traición nunca se sabe donde comienza, pensé. ¿Desde cuándo estaría pensándolo?¿desde cuándo el muy cabrón lo tendría planeado?

Le pedí que continúe, y ella me dijo:"Verás, no era la primera vez que hablábamos, que me escuchaba lamentarme de tus ...