El secreto que guardaba mi novia - Relatos Eróticos

El secreto que guardaba mi novia

... el ida y vuelta, y me lo metió en un envión. Sentí el dolor, como me partía. Pegué un grito, y me tomo con más fuerza."

Mis lágrimas caían, escuchando como habían cogido a mi novia, sin que me enterara. Ella me tomó la cabeza, y apretó contra su pecho y siguió: "Es mejor que lo cuente, para que no imagines nada, y sanes. En ese momento no pude moverme, ni salir. Pensé que me lo había metido todo. Pero dejó que me relajara, me acostumbrara, y comenzó a moverse. Sentía que me abría con cada movimiento. Luego comprendí que había entrado solo una parte. En el movimiento sentía que no terminaba de entrar nunca, que invadía todo mi interior. En un punto, comencé a sentir el placer de la fricción. Creo que se dio cuenta, porque frenó y yo tuve el impulso natural de moverme... Y me empecé a mover, y me olvidé de todo, me olvidé del dolor, de vos y de todo lo que me rodeaba, quería más y más. Mis gemidos brotaban sin intención. Me movía poseída, le pedía más, lo amaba, le pedía que me de todo. Creo que tuve mi primer orgasmo y me desplomé."

Yo sollozaba y me dolía lo que me contaba. Pero parecía que a ella la animaba a más. Alcancé a decirle: "Sos una puta, ¿ahí terminó todo?"

Me dijo:"Vos sos un idiota. No soy una puta. Tu madre es una puta, que vaya a saber con cuantos hombre ha estado luego de separarse. ¿O cómo crées que paga su vida? No terminó ahí. Si quieres saber lo puta que fui, te lo diré. Cuando quise salirme, sentía humedad, bajé mi mano y al mirarla, había ...

... sangre. Sábes lo que significaba. Pero lo tenía dentro de mi, no se ablandaba. Le dije que saliera, que ya estaba. Me miró y se sonrió, me dijo que no lo iba a dejar así, no había terminado. Sacó lentamente su verga, sentía vaciarme. Nos besamos nuevamente, pero para dejarlo ya. Me tomo de las caderas, en un movimiento me dió vuelta y lo que recuerdo es que estaba mi cara en la almohada, me levantó de las caderas y sentí su verga presionando mi vulva por detrás. Me puso en perrito, y me la iba a dar. Le dije que no, que ya bastaba. Pero es tan fuerte. Sentía su cabeza presionar, yo no daba más, casi sin fuerzas. Así que me relajé, me dejé llevar. Me dió una nalgada, y la sentí entrar. Me temblaban las piernas. Otra vez, sentía que me partía. Empezó a moverse y parecía que no terminaba de entrar nunca, me llenaba toda. Mis lamentos pasaron a ser gemidos. Él se quedó quieto. Y yo necesitaba moverme. Ahí sí me sentí una puta, culeando su verga como una puta que necesita que la cojan porque en eso se va la vida. Me movía y mi nalgas chocaban contra sus piernas. Me cogió mucho, cada embestida que le daba era llegar al cielo. Fui su hembra, y le pedia más y más. Me tomó del pelo y me gritaba cosas sucias, me sentía su mujer y que él era mi macho."

Yo lloraba desconsolado. Mi novia había estado con este tipo, se la había cogido, y no me lo había contado hasta tanto tiempo después. Me sentía más que humillado.

Le dije: "Basta, no aguanto más, basta." Sentía como se reía de mi. Me ...