1. Un día en el gym con Mara. Entrenamiento personal


    Fecha: 14/05/2024, Categorías: Hetero Autor: Srva, Fuente: TodoRelatos

    ... nombre GoProFit en la espalda conversaba con un joven atleta en la zona de baños fríos. Pero para frío el que me entró a mí al comprobar esa escena...
    
    No entendía la situación, al lado de la sauna, había dos toallas del mismo color del otro día. Pero ellos no estaban dentro. No podía ser coincidencia.
    
    G: ¿Perdona, las toallas de la sauna son vuestras? Le pregunté al monitor acercándome a la zona de baños fríos.
    
    Umm no que va, era de una pareja que estaba en la sauna, ¡nosotros las tenemos aquí!G: Ah vale perdona, ¡gracias!Eso me descolocó aún más. ¿Dónde se podían haber metido? La zona no tenía muchas estancias, así que me di una pequeña vuelta, pero... como se dice, "mi gozo en un pozo".
    
    ¿Quizá haya más zonas en el gimnasio que no conozca? Llevaba poco tiempo allí, podía ser una posibilidad.
    
    Por entonces mi excitación se había esfumado y con la humedad del ambiente me estaban entrando ganas de ir al baño. Fui para allá y entré en uno de los cubículos, al cerrar la puerta y echar el cierre algo allí me dio una extraña sensación.
    
    Me puse de cuclillas y miré por debajo de la placa de material plástico de color negrizo que era parte del baño... unos metros más allá, dos cubículos más allá, justo en el de al lado de la pared observé cuatro playeros y me quedé inmóvil, escuchando. Lentamente y sin hacer ruido me desplacé hacia el cubículo más próximo y entré cerrando la puerta con cuidado, me descalcé y me subí al retrete mirando por encima de la pared que ...
    ... separaba ambos espacios.
    
    Observando por encima de la pared del cubículo observé como Juan lentamente se ponía de rodillas, colocando a Mara en un ángulo de 90º con sus manos apoyadas a la pared. Con delicadeza colocó sus manos sobre las nalgas de la mujer, las abrió y empezó a lamer humedeciendo la zona. Su cabeza se movía arriba y abajo aplicando varias capas de saliva al rosado coño. Los músculos de Mara se contraían, la piel se tornaba de gallina y las rodillas se flexionaban fruto del buen hacer de Juan.
    
    El cabello rubio de Mara caía sobre sus hombros, sus ondas se movían con cada movimiento de la cabeza del hombre arriba y abajo, la zona parecía encharcada y Juan succionaba cada uno de los jugos que ella emanaba. Después de unos minutos él se incorporó, se puso de pies y se bajó el pantalón de chándal corto que llevaba, de un respingo una gruesa polla apareció, Juan, un hombre musculado, moreno y con pelo rasurado en el pecho, agarró firmemente su nabo con la mano derecha encaminándolo a la encharcada apertura, derramó un hilo de saliva sobre ella y empaló a Mara. Un gemido se escapó de los labios carnosos de la mujer al ser penetrada y un baile de sexo y lujuria comenzó.
    
    Juan recogió su pelo con la mano izquierda mientras posaba la derecha en sus caderas, favoreciendo el empuje. Los movimientos atrás y adelante resonaban en las paredes del baño. Mara aguantaba las envestidas apoyándose como podía en la pared, sus uñas parecían querer atravesar el azulejo color blanco ...
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