1. Un día en el gym con Mara. Entrenamiento personal


    Fecha: 14/05/2024, Categorías: Hetero Autor: Srva, Fuente: TodoRelatos

    ... y sus gemidos ahogados de placer se encadenaban uno tras otro. La polla rojiza de Juan aparecía y desaparecía tras los rosados e hinchados labios de Mara.
    
    M: Jodeeeer si, ah, dame, si...Juan: ¿Te gusta? ¿Te gusta cómo te la meto?M: Si joder, que mojada estoy Juan, no pares... uff.... me encanta...
    
    Los jugos se derramaban por las caras internas de los músculos de Mara, cayendo lentamente dirección al suelo por la tonificada pierna.
    
    M: ¿Me vas a dar tu leche? ¿He sido una perra obediente?J: ¿La quieres verdad?, la tengo preparada para ti...M: Si... me gusta bien calentita...
    
    Mientras yo, de puntillas sobre la taza del wáter, me agarraba con ambas manos a la pared y observaba la escena inmóvil, queriendo pasar por un fantasma. Por entonces la erección dentro de mis calzoncillos ya era notable, y mi nabo palpitaba contra la apretada tela del calzoncillo, notaba incluso el líquido preseminal que hacía presencia y humedecía la zona fruto de la excitación que sentía.
    
    Los gemidos se hacían más profundos con cada movimiento, el final estaba cerca y sus músculos daban cuenta de ello. Su cuerpo se tensaba, la mano derecha apretaba fuertemente las caderas favoreciendo que las embestidas fueran más profundas e incrementando de velocidad, su mano izquierda tiraba hacia atrás del pelo de Mara, llevando su cabeza hacia arriba. El hipnotizante sonido de los gemidos, de los sexos encharcados y el choque de la pelvis de Juan contra el grandioso y firme trasero de Mara me envolvió ...
    ... en un momento de obnubilación extrema. Tanto que no me percaté que, gracias a la postura de su cabeza, los ojos de Mara ahora se centraban en mí, mi cabeza aparecía por encima de la separación de los retretes y si yo podía verlos, ellos a mí también.
    
    Cuando nuestras miradas conectaron una sonrisa pícara apareció en su rostro. Abrió la boca y empezó a gemir a mayor volumen mientras me miraba fijamente. Jugueteaba con su lengua, humedeciendo sus labios, gemía una y otra vez provocándome. Mi polla no podía más, estaba a punto de reventar y eso que nadie la tocaba. La excitación del momento era superior a mí y solo tenía ganas de correrme en aquel rostro.
    
    M: ¿Te gusta? ¿Te gusta como lo hago? Dijo mirándome sin pestañear dedicándome la frase con la mirada.
    
    J: Siiiii ohhhh Exclamó JuanEsas palabras fueron el principio del final, rápidamente Juan se separó, agarró su rabo con la mano derecha y masturbó su miembro apoyado en la raja de Mara. Poco a poco gran cantidad de leche fue adornando los aún enrojecidos labios, cayendo al suelo y salpicando las paredes del baño, los gemidos de Juan, profundos y graves acompañaban el momento y se emparejaban con los agudos gemidos de Mara, que se encontraba aún inmóvil pero que con su mano derecha se pajeaba el clítoris con movimiento circulares buscando su ansiado orgasmo.
    
    Juan agarró papel higiénico y limpió su falo con cuidado, se puso de cuclillas e inyectó su lengua en el ano de su compañera. Lo lamió profusamente intercalando ...
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