La perversión me sedujo 19 - Relatos Eróticos

La perversión me sedujo 19

... que Olga, comenzaba a correrse, masturbándose con sus dedos, y metiéndose un consolador. –¡Aaah, Aaah, Aaah! –gemían de placer. –¡Mmm, Mmm, Mmm! –gemían de placer.

Olga pensaba que era una faena, pero que no podía quedarse así, estando tan cachonda perdida, por lo que mientras que ellos se corrían, ella también lo hizo con su consolador que había sacado de su habitación. –¡Aaah, Aaah, Aaah! –gemían de placer. –¡Mmm, Mmm, Mmm! –gemían de placer.

Después de unos quince a veinte minutos, comenzaron a correrse, pero como no querían correrse dentro de ellas, las chicas se las acercaron a sus bocas para comenzar hacerles una felación, chupándoles sus pollas hasta que se corrieron en su boca y en sus caras. –¡Aaah, Aaah, Aaah! –gemían de placer. –¡Mmm, Mmm, Mmm! –gemían de placer. –¡Aaah, Aaah, Aaah! –gemían de placer. –¡Mmm, Mmm, Mmm! –gemían de placer.

–¿Qué tal? –preguntó Carolina.

–Estupendo, y ha sido fantástico. –respondió Arturo.

–Seguro. –dijo Manuel.

–Uno de los mejores polvos que hemos tenido. –dijo Antonio.

–No será para menos. –dijo Sara.

–¿Ha sido mejor o igual que el polvo de Lucy, Stefany y Soraya? –preguntó Nadia.

–No, te lo podríamos confirmar, porque el sexo ha sido muy intenso como el polvo con ellas, pero diferente porque hicieron otras cosas. –respondió Antonio.

–Si, seguramente. –dijo Nadia.

–Nosotras hemos hecho sexo normal, pero no hemos hecho ninguna perversión como ellas. –dijo Sara.

–La que se ha quedado a dos ...

... velas ha sido Olga. –dijo Carolina.

–Si, pero no podíamos hacer nada. –dijo Arturo.

–Somos tres para tres, y ella al ser una más no tenía a otro hombre para tener sexo. –dijo Arturo.

–Ya lo sabemos. –dijeron ellas.

–Pero, también ha disfrutado, porque se ha masturbado con su consolador. –dijo Sara.

–Claro, ¿Qué quisierais que hiciese? –preguntó Olga.

–En principio, quizás me tendría que haberme ido, pero una vez ya aquí, y a estas horas de la noche, me fui a mi habitación para satisfacerme. –respondió Olga.

–No, si nosotras no te decimos nada. –dijo Sara.

–¿Y qué tal ha sido vuestro polvo? –preguntó Olga.

–Apuesto a qué no ha sido tan especial como con ella. –dijo Olga, que se había al baño para lavarse su coño, y limpiarse de la corrida que había tenido, mientras ellas habían estado follando con ellos.

Esa pregunta enfadó o molestó un poco a las demás, que parecía que Olga había dado en el clavo. De esa manera, Carolina se quedó pensando si dejarlo pasar o si atreverse a intentarlo.

–¿Os apetece comer algo? -preguntó Nadia.

Pero fue demasiado tarde, Carolina se puso delante de Arturo, para ponerle su coño en su cara, restregándoselo, mientras decía.

–Vas a comerte lo que yo te diga. –dijo Carolina, que provocó una excitación, volviendo a ponérsele dura su polla.

Tanto Nadie como Sara, cogieron onda de por dónde iban el asunto, por lo que ambas, pusieron sus pies en la cara de Antonio como de Manuel, haciendo que estos lamiesen sus ...