La perversión me sedujo 19 - Relatos Eróticos

La perversión me sedujo 19

... querer nada con ellos.

De manera, que cuando ellas se despidieron de aquellos chicos, se acercaron a ellas para preguntarlas lo que estaba sucediendo, porqué el fin de semana lo habían pasado muy bien y ahora pasaban como si no los conociesen de nada.

No habían sabido nada de ellas en toda la semana, y en ese fin de semana, habían estado ignorándolos como si no se conociesen. Era una situación extraña y muy confusa, porque otros en su lugar hubieran pasado página de eso.

Pero, ellos no, habían experimentado algo nuevo y el gusanillo les provocaba una necesidad de querer más de eso, y conocer de qué se trataba.

Ellas al final de la noche, cuando se iban a casa al fin, les hablaron.

–¿Por qué nos habéis ignorado? –preguntó Antonio.

–Mirad, no es que os hallemos ignorado, sino que somos completamente diferentes. –dijo Lucy.

–Nuestros gustos sexuales y fantasías sexuales son diferentes a las vuestras. –dijo Soraya.

–¿Cómo que sois completamente diferentes a nosotros? –preguntó Manuel.

–Si, tuvisteis sexo salvaje como lo llamáis vosotros la gente vainilla. Dijo Stefany.

–Pero en verdad fueron juegos y fantasías eróticas sexo de BDSM. –dijo Lucy.

–¿Cómo que sexo BDSM? –preguntó Arturo.

–¿Somos gente vainilla? –preguntó Manuel.

–¿Qué es eso de gente vainilla? –preguntó Antonio.

–Si, mirad chicos, lo que queremos deciros a los tres. –dijo Soraya, chascando los dedos, mientras miraba en una dirección donde estaba uno de los chicos que ...

... habían estado con ellas.

En ese momento, uno de los chicos se acercó para ponerse de rodillas ante ellas, haciendo una reverencia para besar sus botas, dejándolos con la boca abierta, sorprendidos por ese acto.

–¿Qué desean mis Amas de este humilde esclavo suyo? –preguntó Sergio, que ese era su nombre en voz alta para que pudieran oírle.

–¡Nada, esclavo! –respondió Lucy.

–¡Abre la boca, esclavo! –ordenó Stefany.

Delante de ellos, comenzaron a escupirle en la boca y en la cara hasta que llenaron su boca de sus escupitinajos, cerrando su boca para tragárselos.

La humillación no quedó ahí, ya que una detrás de otra, se subieron la falda, para mearse dentro de la boca de Sergio, para mearle en su cara, por encima de su cabeza y por encima de su cuerpo.

Mientras que Arturo, Manuel y Antonio, lo presenciaban toda esa humillación y denigración de ese chico delante de todos ellos, pasando gente a su alrededor, quedándose mirando la escena, riéndose de risa para después irse.

Incluso, algunas chicas venían acercándose a ellas, medio borrachas para reírse de la situación y al ver la escena, preguntar qué era aquello.

–¿Qué es esto? –preguntó Sonia, que venía con Yulia y Lourdes.

Todas totalmente borrachas, al ver como había meado a ese chico, quisieron mear ellas, también.

–¿Podemos mear nosotras, también? –preguntó Yulia.

–Por supuesto, es un váter portátil, chicas. –dijo Soraya.

–Podéis mear una detrás de la otra, que a este esclavo le encanta y ...