1. Pequeñas Aventuras: Princesa. (Parte 1)


    Fecha: 22/05/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: RayFenix, Fuente: TodoRelatos

    ... bastante agradable con música de rock suave de fondo, tranquilo, sin mucha gente. Pude entender perfectamente que hubiera elegido un lugar en el que se sintiera cómodo, él también estaba nervioso, lo pude notar y eso me generó bastante ternura.
    
    -Me gusta el sitio -. Dije con una amplia sonrisa para hacerle notar claramente que estaba a gusto allí con él.
    
    Nos sentamos en una mesa algo apartada y comenzamos a charlar. La verdad es que enseguida conseguí relajarme completamente, la conversación fluía de manera muy natural, como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo. Las carcajadas comenzaron a sucederse una tras otra mientras me contaba, lo que el llamaba “historias de juventud”, contándome anécdotas de cuando él tenía mi edad.
    
    -Mira, en esta foto creo que tenía más o menos tu edad -. Dijo acercándome el móvil para que viera a un chaval de unos veinte años con el pelo largo y con pinta bastante desaliñada.
    
    -¿Ese eres tú? -. Pregunté algo perpleja.
    
    -Sí -. Respondió.
    
    No pude evitar soltar una sonora carcajada.
    
    -¡Oye! -. Exclamó con tono de enfado pero sin poder evitar reírse.
    
    -Perdona, es que menudas pintas -. Dije intentando dejar de reír. -Eres como los buenos vinos, has mejorado con los años -.
    
    -¿Tu crees? -. Me preguntó clavando sus ojos verdes en los míos.
    
    -Seguro -. Respondí riendo, dándome cuenta tarde de la seriedad de su pregunta.
    
    En ese instante bajó la mirada y comenzó a juguetear con sus dedos en un claro síntoma de nerviosismo o ...
    ... de de duda.
    
    -¿Que pasa papi? -. Pregunté agarrando su mano hasta que volvió a mirarme a los ojos.
    
    En ese momento pude ver a través de su coraza, pude ver la mirada de un niño atrapada en un hombre, sentí su inseguridad, su miedo, vi a través de la máscara de estoicismo que él mismo se había impuesto y que tantas veces había notado en nuestras largas conversaciones nocturnas.
    
    -Cuéntame -. Le dije apretando sus manos con fuerza.
    
    Soltó un largo suspiro y sentí claramente como su corazón se abría ante mí.
    
    -Te confieso que pensaba que esta locura no iba a salir bien -. Dijo sincerándose.
    
    -¿Por que? -. Pregunté.
    
    -Cuando te vi llegar en la estación tuve el reflejo de salir huyendo antes de que me vieras, no sé ni de donde saqué las fuerzas para escribirte -. Confesó.
    
    -Explícate -. Volví a insistir.
    
    -Joder princesa… -. Cogió aire y continuó. - ¿Por que razón iba a querer una niña como tú, con todo el mundo por delante, verse con un viejo como yo? -.
    
    -Lo primero -. Comencé a decir. -No me vuelvas a llamar niña, que sabes que lo odio -.
    
    Mi frase consiguió relajar la tensión y conseguir que soltara una risa.
    
    -Lo segundo, no eres viejo, eres madurito sexy -. Añadí.
    
    Conseguí volver a hacerle reir.
    
    -Y lo tercero -. Seguí. -Yo también te confieso que sentí pánico al verte, me sentí chiquitita -.
    
    -¿Por qué? -. Preguntó.
    
    -¿A cuantas mujeres te has follado en tu vida? -. Solté de golpe. -¿Por qué yo iba a ser especial? -.
    
    Esta vez su risa se ...
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