1. Métetelo por el culo


    Fecha: 27/05/2024, Categorías: Anal Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos

    Cuando no te gusta tu trabajo, está mal pagado y encima no soportas a tu jefe tienes que buscar una motivación extra para cumplir a diario con tu obligación. La que yo encontré podía meterme en serios problemas e incluso arruinar alguna vida, pero me daba fuerzas para levantarme cada mañana y pelear para acabar saliéndome con la mía.
    
    Si a los veinticinco años aún no tienes claro hacia dónde se dirige tu vida es posible que tengas un problema. Al menos ese era mi caso, ya que desde que decidí no seguir estudiando había estado enlazando un trabajo detrás de otro hasta que me vi parada durante demasiado tiempo. Por desgracia, tampoco era muy afortunada en el amor.
    
    No me gustaba quejarme ni culpar a nadie por mi situación, pero la verdad era que mis males comenzaron cuando era adolescente y mi madre murió. Pasé por una época de no querer hacer nada porque creía que la vida no merecía la pena, que todos estábamos de paso y estudiar o trabajar era perder el poco tiempo que tenemos.
    
    El problema fue que no dediqué ese tiempo a divertirme, sino que me quedé en casa sin hacer nada hasta que mi padre, siempre por mi bien, me obligó a buscar un trabajo. Él lo estaba pasando tan mal como yo, pero fue capaz de mantenerse entero solo para tirar de mí y que yo no me hundiera. Era mi salvador, aunque a veces no se lo ponía nada sencillo.
    
    Mi padre también me insistía en que saliera a conocer gente, pero estaba muy desconectada del mundo. No tenía amigos ni nada similar a un ...
    ... interés amoroso, así que prefería estar en casa, viendo la tele y asegurándome de que estuviera bien, ya que lo que más miedo me daba era perderlo también a él. Sabía que me quería más que a nada, aunque a veces era un poco duro.
    
    - Dana, llevas más de medio año sin trabajar.
    
    - Es que no encuentro nada.
    
    - No tengo la sensación de que estés buscando.
    
    - Papá, ya no hay que ir de puerta en puerta pidiendo trabajo.
    
    - Pero es que estás todo el día en el sofá.
    
    - No te quejas cuando vuelves del taller y te encuentras la comida hecha.
    
    - Preferiría hacérmela yo y que todo estuvieras ocupada en algo.
    
    - Ya me llamarán de algún sitio, tranquilo.
    
    - Mientras tanto podrías estudiar algún curso.
    
    - Sabes que los libros no son lo mío.
    
    - Eso no es verdad, se te daban bien antes de que ocurriera aquello.
    
    - De que muriera mamá, puedes decirlo.
    
    - Ella querría que por lo menos tuvieras amigos... o un novio.
    
    - Estoy muy bien sola, gracias.
    
    - Espero que cuando cambies de opinión no sea demasiado tarde.
    
    Sabía que lo último que le importaba a mi padre era que ganase o no dinero, que solo quería que saliera de casa y que me relacionara con otras personas. Lo ignoraba porque pensaba que mientras más gente hubiera a mi alrededor más posibilidades tenía de acabar sufriendo otra perdida dolorosa. Aun así, había cosas que no se podían hacer en soledad y eso era lo que peor llevaba.
    
    Haber sido muy precoz en el sexo fue lo que impidió que llegara a los veintitantos ...
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