Métetelo por el culo
Fecha: 27/05/2024,
Categorías:
Anal
Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos
... siendo todavía virgen. Follar era el único motivo por el que hubiese aceptado conocer a gente nueva, aunque llegó un momento en que me conformaba con la autosatisfacción. Al principio lo hacía de manera puntual, cuando tenía tiempo, pero acabó convirtiéndose en algo bastante frecuente.
Aunque mi padre pensaba que me pasaba todo el día estirada en el sofá, gran parte de ese tiempo lo ocupaba en mi cama o en la ducha, siempre con las manos en la entrepierna. Era consciente de que no podría aliviar el calentón que sentía a todas horas si no echaba un polvo, pero me resistía a caer en alguna aplicación de citas.
Uno de esos días, después de masturbarme un par de veces y preparar la comida, mi padre llegó de trabajar. Nos sentamos juntos a comer e iniciamos la clásica conversación diaria en la que no hablábamos de nada importante. Noté que estaba raro, aunque solo fuera porque aún no me había repetido lo de que tenía que encontrar un trabajo o gente con la que relacionarme.
- ¿Vas a decirme ya lo que te ocurre?
- Es que no quiero discutir, hija.
- Ni que nos estuviéramos tirando todo el día los trastos a la cabeza.
- Hoy he hablado con Gabino.
- ¿Tu amigo de la mili?
- Sí, el mismo.
- ¿Y qué se cuenta?
- Está un poco fastidiado porque su empleada de toda la vida lo ha dejado tirado.
- ¿La que le limpia la casa?
- No, la que trabajaba en su tienda.
- ¿Gabino tiene una tienda?
- Sí, de juguetes.
- ¿Vende muñecas y esas cosas?
- No ...
... ese tipo de juguetes.
- Joder, papá, háblame con claridad.
- Son juguetes eróticos, tiene un sexshop de esos.
- ¿Por qué no me lo habías contado?
- Porque eras una niña cuando lo abrió y luego ya no surgió el tema.
- A ese señor no le pega nada tener una tienda de esas.
- La cuestión es que ahora tiene que contratar a alguien...
- ¿Estás insinuando que yo podría trabajar allí?
- Por lo menos podrías ir a hablar con él y echar un ojo.
- ¿Paga bien?
- Conociendo lo agarrado que ha sido siempre lo dudo mucho.
- Da igual, ese empleo tiene que ser la polla. ¿Lo pillas?
- Sí, Dana, tú siempre tan ocurrente.
Había sido camarera en un bar, reponedora en un supermercado y limpiadora en un hotel, así que pasarme el día en una tienda despachando me parecía hasta cómodo. No podía negar que me resultaba bastante morboso trabajar en una tienda de esas, aunque no me pagaran demasiado, pero antes de hacerme ilusiones tenía que ir a hablar con el amigo de mi padre.
Llevaba muchos años sin ver a Gabino, un cincuentón al que nunca le había conocido pareja, por lo que acabé asumiendo que probablemente era homosexual. Mi padre, que tampoco sabía nada de la vida sexual de su amigo, solía negar que le gustaran los hombres, argumentando que nunca había intentado tener nada con él.
Por si acaso no era gay, decidí ponerme lo más mona posible para ir a hablar con él. Quizás no estaba en mi mejor momento de forma, pero mis curvas siempre habían sido muy ...