Menuda paja se hace mi madre - Relatos Eróticos

Menuda paja se hace mi madre

... hoy?

- Que va, el viaje se alarga algún día más.

- Voy. – respondí entusiasmado porque iba a tener más días para follarme a mi madre –

- Por cierto. ¿Cuántas veces te has follado a mamá?

- No lo sé, no las he contado.

- Qué cabrón. Seguro que le has dado ya por todos los agujeros.

Mi hermana era la leche, nos había cogido el pulso y sabía que estábamos follando todos los días como animales. Aunque tampoco podía decir nada, ella acababa de conseguir que la comiese el coño mi padre.

- Por cierto, hoy me toca dormir otra vez con papá. – dijo haciéndose la interesante –

No hice caso a su comentario.

- ¿No quieres saber lo que voy a hacer hoy con él?

- Me da igual. – respondí sin ser cierto –

- ¿Quieres que le dé el culo?

En ese momento me acordé del club de sexo, mi padre había follado el culo de mi hermana y ni él ni Dianita lo sabían. Tenía claro que aquello había sido preparado por el cabrón de Fran. ¿Pero en lo de este viaje estaría implicado mi padre?

Aunque estaba enfadado con Dianita, quería estar enterado de cualquier cosa que pasara.

- Bueno, Dianita. Mañana me lo cuentas.

- Jajaja. No, tú me cuentas ahora qué vas a hacer hoy con mamá.

- Nada, no hay planes.

- Mientes. ¿Cómo te ha despedido esta mañana?

Una vez más la cabrona se había olido algo.

- ¡Joder! Dianita. Ha empezado a hablar como una niña pequeña y me ha dicho que cuando vuelva seguirá haciéndolo. Aunque no creo que se acuerde.

Dianita esperó un ...

... momento y después me preguntó en tono serio.

- ¿De verdad ha hecho eso?

- Joder, que si, te lo juro.

- Vale, esta noche te llamo como ayer y quiero que me lo cuentes, ahora envíame los documentos.

Hice lo que me había pedido y esperé en la oficina por si necesitaba alguna otra cosa, cuando llegó la hora de comer regresé corriendo a casa, no quería que mi madre se olvidase de su promesa.

Abrí la puerta esperando encontrarla en el salón, pero allí no estaba.

¡Joder! ¿Dónde coño se había ido? ¿No estará con alguno de sus amigos? Fue lo primero que me vino a la cabeza.

Fui hacia los dormitorios y vi la puerta de mi madre entreabierta, me acerqué sin hacer ruido y lo que vi me dejó sorprendido.

Mi madre estaba desnuda y había una enorme caja en la cama, y sobre la colcha había un montón de disfraces a cual más provocativo, de doncella, de niña pequeña, de enfermera, y el que estaba probándose en ese momento que era de sado.

Cogió un tanguita negro y se lo puso muy lentamente, después cogió unas medias de rejilla y las fue deslizando sensualmente por sus piernas.

Ver como lo hacía, consiguió que mi verga se disparara como un cohete.

Giró sobre si misma mirándose en el espejo y entonces vi su estupendo culazo. Grande, suave y que nada más verlo incitaba a apretarlo con los dedos.

Cogió un tanguita que había sobre la cama y lo subió por las piernas hasta encajarlo sensualmente entre las nalgas.

Uffff. ¡Vaya pedazo de cuerpo! Estaba para follarla en ...