Menuda paja se hace mi madre - Relatos Eróticos

Menuda paja se hace mi madre

... excitadísimo – Voy a entrar y la voy a meter la verga por el culo para que tenga los dos agujeros bien repletos.

¡Como me hubiese gustado empotrarla en ese momento para oírla chillar con los dos falos dentro!

Pero eso podría hacerlo otro día y el espectáculo que me estaba regalando no, así que decidí mantenerme en la puerta y continuar pajeándome.

- Asíiiii. ¡Cabrón! Así – dijo agarrándose desesperadamente al cabecero – ¡Fóllame duro!

Sacó el dildo del coño, y empapado en sus flujos como estaba, lo chupó obscenamente como si de una polla se tratara, después lo encajó entre sus piernas y se lo metió otra vez de golpe.

- Agggg. – chilló encogiéndose – ¡Por Dios! Que bueno.

Soltó el cabecero y comenzó a masturbarse el clítoris mientras la otra mano empujaba una y otra vez el dildo enterrándolo profundamente en su coño.

- ¡Fóllame Cabrón! ¡Rómpeme por dentro! – chillaba excitadísima –

La forma en que hablaba y actuaba estaba dejándome helado, incluso cuando se masturbaba era una mujer libertina y desenfrenada y eso me ponía tremendamente cachondo.

Yo la observaba extasiado y sacudía mi verga como loco disfrutando de un espectáculo tan obsceno.

Desde luego mi madre era una caja de sorpresas, en pocas semanas había pasado de ser una mujer inocente y hogareña a un putón incestuoso que se follaba a su hijo por puro vicio.

Verla tirada en la cama con las piernas levantadas, con esas medias de rejilla y las botas largas, era tan excitante que no ...

... pude evitar sacar el móvil y grabarla.

Puse el modo vídeo y la grabé en lo mejor de la paja.

Gemía como una desesperada y se metía el dildo entre las piernas con tanta ansia, que parecía empalarse cada vez que lo empujaba.

- ¡Fóllame duro! Cabrón. – dijo casi sin aliento – Méteme la verga bien adentro.

Yo la grababa y seguía pajeándome al verla tan perra.

De pronto me corrí y mi semen saltó en el pasillo sin ser capaz de controlarlo.

¡Menuda paja acababa de hacerme! Hacía tiempo que no me la cascaba yo solo, pero ver a mi madre masturbarse de una forma tan guarra, había sido motivo más que suficiente.

Dejó el dildo metido en su coño y desabrochó con prisa el corpiño liberando las tetas.

- Muérdeme las tetas. ¡Joder! – gimió retorciéndose los pezones – Asíiii. Muérdemelas bien fuerte, como hacía el hermano de Sven.

Oír hablar de otro me puso celoso, pero en la situación en la que estaba no era cuestión de protestar, si ella disfrutaba, que dijese lo que fuera, cualquier cosa me excitaba.

- Asíiii. ¡Fóllame duro! Hijo mío. – dijo mordiéndose los labios – Agggg. Métemela bien adentro. Siiii. Como cuando me la metía Dragos con su amigo. Ufff. ¡Ojala tuviera ahora dos hombres!

Mi madre estaba desaforada, la forma en que retorcía sus pezones tendría que hacerle daño aunque le gustara.

- Métemela de golpe. ¡Joder! – dijo empujando el dildo hasta que desapareció de mi vista y lo enterró por completo en su sexo – Ufff. Que gusto, joder, que ...