El sueño de Martha 3
Fecha: 07/06/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: ElFantasmaRojo, Fuente: TodoRelatos
Martha de inmediato notó un cambio importante en su sobrino. En los días posteriores procuraba siempre el contacto físico con ella y la buscaba con cualquier pretexto, por supuesto, sin que Constanza se diera cuenta. Ella trataba de actuar con normalidad y fingir demencia lo más que podía, pero estar cerca de él la volvía vulnerable y afloraban los remanentes ocultos de todas esas necesidades insatisfechas de su matrimonio. Por las noches los escuchaba coger casi a diario y varias veces más los espió, siempre en la ventana o en el pasillo. Y cuando que era abordada por su hermana o su sobrino a solas temía delatarse y causar un verdadero problema entre los 3. Su temor más grande era que todo aquello llegara a oídos de Gilberto, su esposo. Si bien su matrimonio estaba en una crisis de la cual estaba segura no se recuperaría, no quería empeorar las cosas con algo tan terrible como el incesto. Ya que el deseo no solo persistía en su mente, si no que ahora su cuerpo se lo pedía.
Verlos teniendo sexo, le traía a la mente todas aquellas veces que, durante su juventud, ella y Constanza se escondían para besarse. No recordaba cuando empezaron, pero si los besos torpes y estáticos que se daban. Al principio era solo como un juego con el terminaban riéndose entre bromas, pero después se volvió algo más serio y erótico. Sobre todo aquella tarde, después del instituto. Constanza no había ido a la escuela por sus cólicos y ella había tenido un mal día. Se sentó junto a ella y ...
... platicaron casi hasta la puesta de sol. Entonces, Constanza se fue acercando más a ella hasta que sus rostros estuvieron muy cerca. Ella no se quitó, pues por alguna razón lo deseaba. Se besaron como de costumbre, con los ojos cerrados. Pero esta vez, el movimiento de sus bocas era más lento y cadencioso. No fue un beso torpe como los que se daban antes, no. Estaba ves fue más lento y húmedo, tanto, que la respiración de ambas se hizo más pesada. Constanza se separó de ella y le acarició el rostro con una mano, quitándole el cabello que le caía sobre las mejillas. Ella no decía nada y solo la miraba fijamente. Se sentía raro, como las otras veces, pero le gustaba. Nuevamente sus labios se encontraron y esta vez, Martha acaricio su cabello acercándose más a ella. Las manos de Constanza alcanzaron su vientre y fueron subiendo poco hasta llegar a sus pechos. Martha dio un pequeño brinquito pues nunca se habían tocado de esa manera. Los acariciaba despacio y en círculos, buscando sus pezones con los dedos sin dejar de besarla. Había algo más en su tacto que, lejos de incomodarle, la relajaba bastante y además le gustaba; no pretendía detenerse. Poco a poco los labios de su hermana fueron descendiendo por su rostro y cuando llegaron a su cuello, Martha gimió instintivamente. Constanza la tomó de los hombros y la recostó quedando sobre ella. Nuevamente se besaron y cuando la mano de su hermana llegó a su entrepierna, la perilla de la puerta se agitó con fuerza. Lo último que recuerda de ese ...