El sueño de Martha 3
Fecha: 07/06/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: ElFantasmaRojo, Fuente: TodoRelatos
... hasta la cintura. El pene de Benjamín se endureció cuando los pechos de su tía, saltaron hacía él, aprisionados en el sujetador negro. Sus manos fueron a ellos y cuando pasó un dedo por sus pezones, que ya estaban duros como piedra, dejó escapar un profundo suspiro. Con la boca alternaba entre su cuello y sus senos, haciendo que su tía se retorciera un poco y moviendo las caderas instintivamente sobre su herramienta, que pugnaba por salir también del pantalón. Le quitó el brasier como pudo y sus blancos pechos cayeron finalmente sobre su cara; eran sumamente suaves y más grandes de lo que parecían, y cuando tocó su pezón con la lengua, Martha gimió fuertemente. Pasaba de uno a otro con la boca mientras presionaba el pene en su entrepierna. Ella hacía lo propio hasta que tomaron un ritmo fuerte y muy placentero.
<> Dijo casi como un susurro y aceleró los movimientos con su pelvis. Benjamín aún estaba lejos del orgasmo por lo que se concentró en succionar más fuerte sus pezones y darles pequeños mordiscos con los dientes. <<¡Benjamín, me voy a venir!>> Exclamó su tía y sin dejar de moverse sobre él tuvo un estruendoso orgasmo, acompañado de fuertes espasmos. Se excitaba tanto al escuchar como su voz se descomponía en agudos gemidos que tuvo que detenerse, sosteniéndola por la espalda. Martha se dejó caer sobre él, abrazando gentilmente su cabeza con ambas manos. Benjamín tenía el rostro en su cuello y sentía como poco a poco empezaban a correr algunas gotas de sudor que ...
... iban a parar a su boca. Martha sintió el pene de su sobrino palpitar bajo su entrepierna y, aún sin recuperar el aliento, se puso de pie y lo tomó de la mano. <> Le dijo entre besos.
Llegaron a su habitación rápidamente y Benjamín cerró la puerta tras de sí. Martha le rodeó el cuello con los brazos y lo besó despacio; no se estaba restringiendo nada y por un momento olvidó el mundo que dejó en su ciudad, a su esposo y sobre todo a Constanza. Las manos de su sobrino bajaron hasta sus nalgas y se entretuvo con ellas un rato, masajeándolas despacio. Con cada caricia, Martha suspiraba más profundo y el movimiento de sus labios se hacía más rápido.
Giró con ella hasta que quedó de espaldas a la cama y se dejó caer. Poco a poco fue subiendo las manos por sus piernas hasta llegar a su vestido y lo fue levantando conforme avanzaba, quedando casi enrollado en su cintura; aquella maravillosa visión era toda una fantasía erótica. Sus pantys dejaban ver un coño perfectamente depilado y sin una sola imperfección. Se lo quitó despacio y Martha suspiró conforme la prenda iba bajando por sus piernas. Sus labios eran pequeños y de un color rosa y podía ver la humedad bajando ya por su vagina. En segundos, Benjamín se desvistió completamente y acercó su cara a su entrepierna.
—No me gusta —Le dijo poniendo su mano sobre su vagina y cerrando un poco las piernas.
—No te gusta porque no te lo han hecho bien, tía. —Contestó Benjamín besando sus muslos despacio. Martha abrió nuevamente las ...