¿Por qué a mí? Capítulo 48 - Relatos Eróticos

¿Por qué a mí? Capítulo 48

... serio que no, la noche era joven y no imaginan lo impresionante que era el ir descubriendo poquito a poquito más de él.

Cuando llegábamos, nos abría la puerta un portero más alto que Aníbal y más robusto que él, al verlo dijo. – Que bueno que llegas, tus hermanos ya están impacientes de que no llegabas, ya entra.

– Sí hombre, perdón, disculpa. – Apenado decía.

Ya estábamos por pasar, cuando ese hombre me detenía. – Aníbal, ¿este chavo viene contigo o qué rollo? – Preguntaba serio mientras me detenía con su manota.

– Sí, déjalo pasar, es mi invitado especial e importante. – Él le decía sonriendo.

– Disculpa muchacho, pasa. – Me decía serio con esa voz bastante grave.

– Gracias, buenas noches, con su permiso. – Entraba algo intimidado por semejante hombre.

Caminaba atrás de Aníbal, lo seguía, cruzábamos una pequeña sala de estar que estaba decorada con flores, una pequeña fuente y un área para fumar; dicho lugar comenzaba a hacerme familiar, no obstante por ir siguiendo a Aníbal, no le daba la importancia adecuada.

Llegábamos a dónde había más gente y Aníbal me indicaba.

– Job, esa mesa que está ahí es exclusiva para ti, puedes pedir lo que gustes, adelante y disfruta la noche. – Aníbal me señalaba en lo que él tomaba otro rumbo por un pasillo dónde solamente podían pasar personal autorizado.

– Sí está bien, ¿pero a dónde vas? – Preguntaba sin entender.

– Tranquilo, tú disfruta la noche, por favor. – Me guiñaba el ojo y se daba la vuelta para ...

... cruzar ese pasillo.

– Bueno así será. – Le decía con voz baja en lo que se iba él.

En lo que yo caminaba hacia esa mesa, viendo como poco a poco la gente iba tomando sus lugares, ordenaban bebidas y bocadillos, a mi memoria venían más recuerdos; este lugar antes, cómo eso de cuando yo tenía 18 años o 19, era un canta-bar llamado“La Entonada”, vine en varias ocasiones con mis amigos; Flavio, Jacqueline, Bimba, Keila y con Marcelo cuando éramos novios; ahora era un lugar diferente, ambientado de otra forma, era como un tipo restaurante – bar, tenía una pista de baile al centro, mesas alrededor, área lounge, área vip, tres barras con dos barban preparando bebidas y cocteles, todo bastante bonito y agradable; daba una observación detenida al lugar y suspiraba sonriendo, pues recordaba mi vida juvenil y lo agradable que fue, me sentaba y una mesera se me acercaba dándome la carta.

– Buenas noches, me dijeron que debo atenderle especialmente, espero que sea de su agrado. – La chica amablemente me decía.

– Gracias, que linda. – Me sonreía a ella.

Le daba un vistazo a la carta y cómo tenía un poquito de hambre, pero tampoco quería verme tan aprovechado, pedí una orden grande de papas a la francesa con totopos y queso, con una conga fría; la joven tomaba mi orden y se iba.

En mi rato de distracción, escuchaba que decían. – Esta es la tercera llamada, comenzamos recibiendo con un fuerte aplauso al grupo de estancia“Penta–A”, antes llamados“Triple A”, fuerte al aplauso ...