Ni un rastro de vergüenza
Fecha: 10/06/2024,
Categorías:
Voyerismo
Autor: Ariel4001, Fuente: CuentoRelatos
... aceptaba y permitía todo.
El desarrollo de su exploración sexual estuvo determinada por la velocidad con la que su novio podía deshacerse de su extrema moralidad. Afortunadamente para ambos, no se quemó ninguna etapa, y se pasaron por todas las estaciones.
Gracias es este ejercicio rutinario, ella aprendió a acabar ante la mayor variedad de estímulos, pero su novio solía contenerse y acabar luego, solo en su casa. Llegado un punto, esto no se pudo sostener mas sin que se haga sumamente visible el mar humor que le provocaba.
En su jugueteo constante, él le hablaba y preguntaba sobre sus preferencias, ella contestaba poco y tras mucha insistencia, pero sus respuestas eran una mina de oro. Llegó el día en que su novio le pregunto si le gustaría ver su leche. Ella respondió con una sonrisa. Me encantaría. Minutos mas tarde sintió por primera vez el olor y la tibia sensación de este nuevo líquido que miraba de cerca con curiosidad, desplazándose lentamente por su mano, la misma con la cual había hecho el trabajo para extraerlo.
Cada paso que daban era un escalón sobre el cual se paraban para alcanzar el siguiente nivel en una escalera de la que nunca se bajaron.
Hacer que su novio acabara fue a partir de ese día una tarea habitual, y todas las partes de su cuerpo fueron a su turno experimentando esta tibieza. Claramente ella estaba mentalmente preparada para hacer todo antes de que él se animara a pedírselo. Llegó el día en que éste le preguntó si le podía acabar ...
... en la cara. Ella solo asintió y se dejó conducir al baño, bajo la tapa del inodoro, se sentó y puso sus labios en trompita como indicando donde le gustaría recibir la acabada. Sus ojos verdes no dejaron de mirar a su novio hasta que este descargo todo lo que tenía. Una vez terminado, dejo que la leche bajara por su mentón y goteara hasta el piso. Ofreció el resto de su cara para que su novio limpiara lo que aún no había salido, y luego este abandonó el baño para que ella se limpiara.
Ella se levantó y se miró en el espejo, de la misma forma que otras veces se quedaba admirando su figura, esta vez concentró su mirada en su carita de nena buena que a todos agradaba, pero que esta vez repetía una imagen que ya había visto en algún video porno que le había mostrado su novio, nunca se había pensado a ella misma como una puta y de repente esa palabra la calentó como nunca había llegado a imaginar y la leche aun tibia en su cara depositada sobre sus labios, recorriendo su pera hasta colgar por su mentón para acabar goteando en sus tetas, le provocó una sensación que no podía comparar con ninguna otra que haya sentido antes. Se quedó un buen rato mirándose al espejo sin moverse, orgullosa de lo que había logrado hacer, de su capacidad de calentar y de calentarse al ser enchastrada.
Se limpió un poco de la leche con el dorso de la mano, pero solo para luego con esa misma mano desabrochar el botón de sus jeans y empezar al masturbarse el clítoris sin dejar de mirarse toda sucia en ...