1. En Burgos hasta las piedras son Nacionales


    Fecha: 20/06/2024, Categorías: Lesbianas Autor: Amorclandestino, Fuente: CuentoRelatos

    ... amor. Muy lentamente, empezando por los laterales hasta concentrarse totalmente en su grande clítoris, casi succionándolo y bebiendo de su caliente y abundante néctar. Mis manos amasan y acarician sus colosales caderas y nalgas con más y más pasión y mis pechos se clavan más y más a sus grandes muslos. Guiomar me acaricia el cabello mientras mueve las caderas con más y más frecuencia y sensualidad. Puedo ver el rubor de su piel, su rostro con los ojos entrecerrados y mordiéndose los labios con más y más fuerza, como se acaricia su húmedo y sensualmente despeinado cabello, al mismo tiempo la vez que sus pechos y pezones por encima de su camisa azul otra vez abrochada con todas las insignias y condecoraciones. Mmmmm... Puedo sentir el ardor en su piel, la fuerza y frecuencia de sus latidos y la intensidad de su respiración.
    
    –Mmmmmmm… –suspira sensualmente, entre intensos jadeos y mordiéndose el labio inferior.
    
    A cada segundo que pasa, jadea con más fuerza. Transcurridos unos minutos, estalla de placer fundiéndose en un intenso orgasmo, lo que puedo intuir por el rubor y el ardor previos en su piel y en su clítoris, por la abundancia de su dulce néctar y por su ardiente gemido final.
    
    Cae rendida abrazada a mí, hasta que ambas nos tumbamos de nuevo en su cama, sentadas frente a frente. Nos besamos de nuevo con mucha intensidad, mientras nos acariciamos la cintura.
    
    Siento como paulatinamente su cuerpo se activa de nuevo. Estamos las dos semidesnudas. Además… Ella me ...
    ... ha quitado las braguitas y no me las he vuelto a poner todavía… Yo le he quitado las ardientes braguitas negras y se las he lamido… Mmmmm... A pesar de ir más o menos vestidas, llevamos nuestras empapadas rosas del amor descubiertas. Mientras estamos tumbadas besándonos, instintivamente juntamos las piernas más y más. En un instante dado, parece que ambas nos leemos la mente y cambiamos de postura. Entonces, nos sentamos en la misma cama.
    
    Estando las dos sentadas frente a frente, nuestros cuerpos se pegan más y más. Nuestras rosas del amor lloran con desespero suplicando encontrarse. Transcurridos unos minutos, nos abrazamos muy fuertemente, entrelazando bien nuestras piernas y uniendo nuestras rosas del amor, bien clavadas la una con la otra. Nos abrazamos muy fuerte. Dada la diferencia de estatura entre las dos, mi cabeza se encuentra clavada a sus grandes pechos y enredada entre su cabellera. Se desabrocha de nuevo la camisa y mi boca se pierde entre su cabello, sus colosales ubres y sus pezones por encima y por debajo del sujetador en forma de top. Oliendo, besando, lamiendo, mordisqueando suavemente como si no hubiera un mañana… Mmmmmm… A cada segundo que pasa, movemos nuestras caderas con mayor ímpetu, sincronizadas con nuestros latidos. Nuestras rosas del amor al mismo compás y bien clavadas la una a la otra... Mmmmm... En un instante dado, con mi rostro enredado entre sus pechos, siento perder el aliento entre tantísima abundancia y voluptuosidad. Las dos jadeamos ...