1. En Burgos hasta las piedras son Nacionales


    Fecha: 20/06/2024, Categorías: Lesbianas Autor: Amorclandestino, Fuente: CuentoRelatos

    ... con más y más intensidad… Hasta que… Nos fundimos simultáneamente en un intenso orgasmo… Acompañado de un ardiente beso.
    
    Ambas caemos rendidas, tumbadas en la cama, abrazadas. Acomodo mi cabeza en su pecho. Me acaricia el cabello y me da besos la frente. Abre el edredón y nos tapamos. Desearía que se detuviera el tiempo en esta noche, en este bello instante. No quiero separarme de Guiomar. Es increíble la conexión intelectual, emocional, erótica y hasta romántica que hemos tenido en cuestión de pocas horas. Desearía dormir a su lado, abrazada a ella. Todas las noches del resto de mi vida. Suena muy loco, pero estoy enamorada.
    
    –Candela, amor... ¿Tienes que alojarte sí o sí al hostal? –me pregunta en un tono de voz entristecido y acariciándome el cabello y la mejilla.
    
    –Sí... Contra mi voluntad. Me siento muy bien aquí a tu lado.
    
    Veo como sus ojos se entristecen y empiezan a derramar lágrimas.
    
    –Es que yo... ¡No quiero que te vayas! ¡De verdad! Es increíble lo que ha surgido entre nosotras en una noche. Tan hermoso, tan intenso, tan... Nunca he vivido algo así con nadie. Una persona de corazón tan noble, tan inteligente, tan hermosa interior y exteriormente, que sabe escuchar y empatizar, que no te juzga... Eso no se encuentra cada día, de verdad te lo digo. Tú... Me has hecho sentir comprendida y querida de verdad, tal como soy, algo que, muy en el fondo, muy contadísimas veces en mi vida me he sentido después de que los hijos de puta etarras me arrebataran a ...
    ... mis padres... Parezco una persona muy dura y de hierro, pero realmente tengo mucho dolor dentro y me siento sola. Detrás de la «puta fascista asquerosa agresiva» que la gente tanto dice que soy hay mucho dolor acumulado dentro –me dice, en medio de un amargo llanto.
    
    La abrazo y le beso la frente y las mejillas. Me siento conmovida.
    
    –Yo... También me he sentido muy bien a tu lado. Nunca se me ha pasado por la cabeza juzgarte, y menos después de lo que has hecho por mí. Entiendo y empatizo mucho con todo lo que has vivido, el vacío que deja en una persona, la impotencia y la ira que causa la injusticia. Contigo me he sentido cómoda para hablar de pensamientos míos de los que me da reparo hablar con otras personas, además de escuchada y querida. Suena intenso, pero en cuestión de unas pocas horas ha surgido algo muy especial entre nosotras. No quiero irme de tu lado –le digo, con los ojos llorosos.
    
    Nos abrazamos con fuerza. Empiezo a llorar entre sus brazos. Permanecemos abrazadas unos largos quince minutos que desearía que fueran eternos.
    
    –Bueno... Te acompaño al hostal –me dice en un tono apenado.
    
    Con su ayuda recuerdo el nombre del hostal donde estoy alojada. Finalmente nos vestimos, salimos de su casa y caminamos lentamente rumbo al hostal. Vamos tomadas de la mano. Me siento muy segura y querida a su lado.
    
    Llegamos al hostal. Me da un papel con su número de teléfono.
    
    –Llámame. Cuando termines la ruta, llámame. Pasaré a recogerte. Como te he dicho, yo ...