Soy el amante de la madre de mi amigo. (Parte 2)
Fecha: 23/06/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Cintia, Fuente: TodoRelatos
... perfecto, Jacky se había cortado el pelo, estaba radiante y aparentaba una felicidad plena. Hablo casi todo el camino, sus celestes ojos tenían un brillo especial, dándole cada tanto un beso en su mejilla, sonriendo ante mis obsequios de amor.
Arribamos a la cabaña, bastante amplia, y solitaria con respeto a las otras, a menos de 100 mts de la playa, realmente algo ideal, bajamos las valijas y comenzamos a acomodar, cada tanto nos besábamos, trate, de ser paciente, tendríamos tres días para disfrutar.
Jacky fue al baño, cuando al rato oigo decir “La puta madre, me vino la regla, justo ahora”. Nunca la había oído tan ofuscada,espere que saliese, la abrace, diciéndole:
“No te hagas problemas, cálmate, no es el fin del mundo, ya lo solucionaremos, estamos juntos”, a pesar que no estaba, demasiado familiarizado con ese“problema”
Después de pasada más de una hora, comencé a hacerle unos mimos, que, si bien era buena receptora, trataba de eludirme, era obvio el porqué, pero realmente tenía ganas de follar, además no me producía rechazo, su período, así que seguí insistiendo con besos, caricias, intentando irle quitando la ropa.
Se mantenía reacia a mi insistencia, pero lentamente fue cediendo, hasta que la deje solo con sus bragas, que no dejaba quitarse, me atraía esa“riña”, sabía que terminaría cediendo.
Sentados en el sofá, me acosté, tomándome con sus brazos, y como un bebe hambriento comencé a mamar de sus tetas, sabía que era su punto débil, eso la hizo ...
... ceder bastante, se las cacheteé, sus gemidos comenzaron a surgir, hasta que, al estar acostada sobre el sillón, metí mi mano, entre sus bragas, que ante mi insistencia comenzó a permitirlo.
Hasta que se la quite, mantenía los ojos cerrados aparentemente algo avergonzada, la tocaba de su abdomen hacia arriba, entrando en ese juego, notando su creciente excitación, besando su vientre, comenzando a separar sus piernas, viendo el cordón de su tampón, que se lo retire, ante su sorpresa lamiendo su sexo, que trato de impedir inmediatamente, no permitiéndolo, hasta que comenzó a gemir y arquearse, convulsionándose su cuerpo.
Me encantaba llevarla a ese estado de desenfreno, sin importarme su estado menstrual, observando como su organismo se estremecía, viendo sus pechos agitarse al unísono de ese estremecimiento, explotando esa contención, tiraba de mis cabellos en ese instante de éxtasis, hasta que mi dedo lo introduje en su ano, en un vaivén ininterrumpido, siendo el momento clave para estallar en un fuerte orgasmo.
Apenas se vino, me abrazo fuertemente, como avergonzada por lo sucedido, más que nada por su estado, se acurrucó a mi lado, mientras la besaba, preguntándole si estaba bien, respondiendo:
“Nunca he estado así, ni he hecho cosas similares, realmente me haces hacer cosas locas, que me encantan me matas, ahora es mi turno, lo que me asombro que no eres nada repulsivo a ciertas cosas de la mujer.”
“Lo soy, aunque contigo, nada me parece repugnante”
De una ...