Memorias de un Fucker. 24h Fuck service - Relatos Eróticos

Memorias de un Fucker. 24h Fuck service

... maliciosa en su cara. Yo correspondí a esa sonrisa con otra igual. Los dos teníamos cara de fucker. Estábamos cumpliendo una de sus más grandes fantasías.

Estábamos en su casa e iba a probar conmigo todos los sitios en los que le apetecía hacerlo conmigo.

Vino hacia mí y sin mediar palabra le di la vuelta y la empujé hacia la parte larga del sofá. Se apoyó, tumbándose boca abajo, dejando su culo en pompa para que dispusiera del cómo yo quisiese. Me tumbé encima de ella y comencé a pasar mi polla entre sus cachetes con movimientos de cadera, hacia delante y hacia atrás, haciéndola sufrir un poco, mientras me refrotaba contra ella.

- Vamos, metérmela ya y deja de jugar que te quiero dentro. Yaaaaaa. — dijo de manera imperativa.

Hice que mi polla bajase un poco más abajo y al segundo acercamiento, cuando noté su humedad en la punta, de un solo embiste, la metí hasta adentro. Tras un gemido de aprobación, comencé a moverme. Eran movimientos fuertes, con penetraciones profundas. Quería que sintiese que la estaba follando fuerte. Ella se lo había buscado, lo había pedido y eso es precisamente lo que estaba teniendo. El hueco de mis caderas encajaba perfectamente con su culo y en esa postura con mi polla dentro, el movimiento arriba y abajo, hacía que mi polla bailase en su interior, recorriendo sus paredes vaginales y estimulándola entera por dentro.

Los orgasmos eran muy fuertes y muy seguidos, cuando llevamos un buen rato así, giró su cabeza para decirme:

- ...

... Para un momento y siéntate que ahora voy a trabajar yo.

Dicho y hecho, salí de su interior y me senté en el sofá, acto seguido levantó y vino hacia mí moviendo sus caderas como una pantera en celo y mordiéndose el labio.

- Ven a montarme, amazona. — dije mientras me escurría en el sofá para sacar mi culo casi fuera, haciendo mi polla más accesible.

Ella cogió mi polla que estaba medio flácida por el cansancio de tanto rato sin parar, y agarrándola por la base, apretándola y estirando hacia arriba, como yo le había enseñado, consiguió llenarla de sangre para que ganara firmeza y así, sentarse encima de ella para sentirla hasta adentro.

Hecho esto comenzó a moverse arriba y abajo.

- Ohhhh, como se te ha puesto. Vaya polla tienes. Me encanta montarte y sentirla tan adentro. — Dijo sin parar demorarme a los ojos.

- Sí, y a mí que me Montes así. Ya sabes que hay que hacer para ponerme a tope. Me encanta, sigue moviéndote así.

En esa postura era ella la que domina su capacidad para sentirse llena.

Yo solo era la herramienta que ella necesitaba para obtener placer.

Entonces empezó a encadenar un orgasmo tras otro y cada uno mayor que el anterior. Estaba desatada y muy caliente, y el estar follando en su casa la ponía muchísimo.

Tras un buen rato decidimos cambiar el escenario de nuestra propia película porno. Ya había pasado más de una hora y todavía nos quedaba mucha casa por recorrer.

Decidimos pasar al piso de arriba, pero a mitad de escaleras y ...