Campanilla 3 - Relatos Eróticos

Campanilla 3

(Tercera parte de esta serie, una serie que a diferencia de las otras que estoy escribiendo, que tiene un desarrollo claro con un final ya decidido, no tengo ni idea de por donde va, estoy escribiendola sobre la marcha. Espero que disfruteis leyendola.

Gracias por leer mis historias y traducciones, por vuestros comentarios y valoraciones)

Campanilla 3

Saco todo el contenido de la caja que acaba de llegar, el kit de realidad virtual es muy similar al que ya tengo, aunque con dos ‘grandes’ diferencias, y digo ‘grandes’ en todos los sentidos de la palabra.

El kit mantiene la mayoría de los electrodos, aunque tienen una textura y un aspecto diferente, algo similar ocurre con las gafas VR que son más pequeñas y cómodas, las diferencias están en que los electrodos que deberían ir sobre mis pezones, han sido sustituidos por unas pequeñas pinzas que tienen que engancharse directamente sobre mis piercings, de igual forma el electrodo que debería colocarse sobre mi coño ha sido sustituido por un consolador de unos veinte centímetros, que además viene acompañado de una pequeño tapón anal.

Llevo el consolador a mi coño, y gracias a la lubricación de los anteriores orgasmos entra con bastante facilidad, pero eso me lleva a pensar que voy a tener que masturbarme antes de conectarme al juego para poder introducirlo sin problemas. Observo el tapón anal, pero no me atrevo a probármelo, ni loca me meto algo como eso en el culo.

Guardo todo en la caja, no sin antes comprobar ...

... el segundo kit y pensar en quien puede usarlo, tengo claro quién me gustaría que lo usase, pero no creo que me atreva a pedírselo.

Después de la ducha decido ponerme a estudiar y adelantar tareas de clase, estoy segura de que durante los próximos vías voy a estar mucho tiempo conectada a la ‘Casa del Placer’ y no quiero quedarme retrasada.

Estoy tan relajada por la ducha, los orgasmos y el sexo de la noche anterior, y tan excitada por todo lo que me espera en el juego, que en las siguientes seis horas, tomándome tan solo un pequeño descanso para comer, me quito de encima todos los deberes y trabajos de la siguiente semana, algo que me va a permitir disfrutar de muchas horas de juego.

Aunque no son ni las ocho de la tarde estoy a punto de meterme en la cama, quiero intentar dormir un rato y despertarme a partir de las doce para conectarme a la ‘Casa del Placer’, a esas horas son cuando se conectan la mayoría de los jugadores novatos, y ahora que soy una esclavista es una oportunidad perfecta para ganar monedas.

Justo cuando estoy a punto de acostarme suena el teléfono y veo que es Karen, descuelgo y espero a ver que me cuenta.

“Te espero en casa, necesito hablar con alguien;” me dice con voz seria.

Estoy a punto de decirle que no voy, no es la primera vez que me hace una llamada como esta, seguro que le ha dado plantón algún chico y quiere ahogar sus penas contándome lo bien que se la ha follado la última vez que se han visto, y a mí, con la excitación que ...