Las mucamas
Fecha: 03/07/2024,
Categorías:
Fetichismo
Autor: MartinyMarcela, Fuente: CuentoRelatos
Federico es un chico de 21 años, forma parte de una familia de clase media, su padre es empresario y su madre abogada. Tienen un buen pasar económico y son gente de muy bajo perfil.
El chico no quiso ser ni abogado ni empresario, dejó la carrera de abogacía para dedicarse de lleno al fútbol, su pasión. Desea convertirse algún día en un jugador de primera división, tener mucha fama, mujeres y dinero. Lástima que su padre no compartía su filosofía de vida y al enterarse que abandonó la universidad lo echó de casa.
Entonces se mudó con su abuela, Doña Blanca, una anciana de 85 años que vive en una casona y tiene dos empleadas domésticas asistiendola.
De más está decir que Fede era el nieto consentido y su abuela feliz de que viva con ella en su solitaria casona.
Allí conoció a Elsa y Perla, las mucamas. Elsa era una señora ya mayor que acompañó a Doña Blanca desde muchísimos años. La otra mujer, Perla, una rubia divina de 54 años, soltera, esbelta, de ojitos claros y con un flequillo cubriéndole la frente. Una veterana hermosa.
Era algo antipática, pero de entrada captó toda la atención del chico. Lo primero que le llamó la atención fue un sugestivo tatuaje de una tarántula sobre su hombro izquierdo, además de un culito bien parado nada despreciable para una mujer de su edad. No era un culo rimbombante ni mucho menos lo tenía como una vedette de un teatro de revistas, más bien era acorde con su silueta pero tenía cierta redondez y buena forma.
El chico era ...
... muy habitué del porno. Miraba videos en su celular todo el tiempo y le agarró un gustito especial a los de sexo con maduras, los miraba con los auriculares puestos tirado en su cama y se olvidaba del mundo.
Un día la mujer de cabellos rubios abrió la puerta de su habitación para hacer sus tareas de aseo habitual y lo pilló haciéndose tremenda pajota mientras miraba esas cosas chanchas en el celular. La mujer se asustó al ver tal escena, abrió grande los ojos, tapó su boca y pidió perdón dando un portazo y retirándose.
Fede tenía escasos 21 años, un cuerpo atlético debido a su afición al deporte, un chico muy lindo de cabellos rubios agradable rostro y la naturaleza lo dotó con una verga de considerable tamaño.
La mucama un tanto se entusiasmó con el chico, si bien era algo esquiva en su forma de ser ahora no tenía dramas de exhibirse adelante de él, se le agachaba poniéndose en cuatro simulando hacer limpieza y usaba unos shortcitos de jean muy metidos que al estar en esa postura le marcaban culo y concha.
Doña Blanca le daba libertad a su personal, podían trabajar cómodas y vestirse a su manera, en ese sentido no les exigía formalidad ni nada de eso, tanto sería que Perla andaba con esos shortcitos minúsculos y descalza y sus pies también le despertaron cierto fetiche al pibe.
Ya Fede veía sus videos porno en el celular y se pajeaba pensando en Perla, esa rubia inalcanzable.
Una vez Perla estaba en plena ducha cuando Fede la espiaba detrás de esa puerta ...