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Amor inesperado de una joven casada. 4
Fecha: 03/07/2024, Categorías: Lesbianas Autor: dulceymorboso, Fuente: TodoRelatos
... sobre la cama otra vez . Carmen volvió a gemir. - Que te está haciendo? – pregunté. - Me está mamando los pezones – respondió agitada – Mira… - me sacó el antifaz. Tere chupaba desesperada sus pezones. Su cara era de placer al hacerlo. Era evidente que le encantaba mamar y estaba cumpliendo su deseo durante años reprimido. Si la imagen de esa joven mamando era terriblemente excitante, hubo otra que acaparó mi atención. Tere estaba totalmente desnuda. Mis ojos buscaron sus pechos. Al estar de costado pude ver que los tenía pequeños y que de estos sobresalían las puntas rosadas apuntando al techo. Me preguntaba en qué momento se habría desnudado, si habría sido Carmen que le había quitado la ropa. Se los habría acariciado? Se los habría besado y por eso había suspirado hacía unos momentos? Carmen gemía y acariciaba su cabeza. De nuevo sentí esa punzada de celos. No debería sentirlos cuando yo misma estaba sintiendo que esa joven me tenía desconcertada y con solo mirarla me removía todo por dentro. No estaba siendo justa con Carmen. Asustada por mis emociones, me incorporé y abracé a Carmen por detrás. Sabía que algo me pasaba y me miró preocupada. - Que te pasa, cariño? – me preguntó. - Nada… - le respondí avergonzada de mi comportamiento. - Espera, cielo – le dijo a Tere. - Hice algo malo? – soltando su pezón nos miró también preocupada. - No cariño – la tranquilizó – No te preocupes. Viendo mi cara, Tere se acercó a mi y me abrazó con ...
... ternura. No entendía que me pasaba con esa joven pero sentirla cerca me provocaba unas ganas tremendas de acariciarla, besarla, que me besara ella a mi. Yo no quería eso, a mí quien me importaba por encima de todo era Carmen y ella me había hecho ser otra persona. Sentí los jóvenes pezones clavarse en mi espalda y la piel se me erizó. Eran más grandes de lo normal en comparación con sus pechos. - Estoy asustada – le dije a Carmen sin importarme que nuestra invitada me escuchara. - Cariño – me miró a los ojos – Se lo que te pasa y no tienes que temer nada. Las dos estamos fascinadas por ella. Tiene una belleza fuera de lo normal y sentimos que perdemos el control, pero nada de eso va a impedir que lo nuestro sea especial y nada ni nadie se va a interponer entre lo que sentimos. Quieres contarme por qué estás asustada? Por mi? Por ti? - Las dos cosas, cielo – le respondí – Me asusta perderte y que todo esto que estoy viviendo contigo se pueda estropear. - Cariño… - me acarició la cabeza – Quizás esto sea una prueba de nuestro amor. Yo sé que lo nuestro es diferente y quiero que disfrutes este regalo que nos dio la vida – con ternura miró a Tere y le acarició la cara. Estaba preocupada. - Estáis enfadadas por mi culpa? – nos preguntó Tere. - No, cariño – le dije besando su mejilla asomada por mi hombro – Eres un ángel. - Escúchame – me dijo Carmen – Es tardísimo y tengo que subir. No quiero que Eduardo se molesté demasiado y poder venir mañana a junto tuya. Se ...