Follando con mi pasado - Relatos Eróticos

Follando con mi pasado

No hay nada más efectivo para comprobar tu bienestar que chocarte de frente con tu pasado y darte cuenta de que antes eras mucho más feliz. Aunque sabía que había cosas mejorables, yo estaba satisfecho con mi vida, hasta que un viaje que debía unirme más a mi pareja me hizo darme cuenta de que estaba yendo por el camino equivocado.

Mi primera experiencia con el amor fue tierna, pero no tuvo un final feliz. Casi desde el primer día de escuela, cuando tan solo estaba en preescolar, me enamoré de María, la niña más bonita de toda la clase. Lógicamente, a esa edad nadie piensa en mantener una relación, ni siquiera sabe lo que es, así que yo me conformaba con mirarla cada día.

Si algo me quedó claro con el paso de los años fue que ese amor no era algo pasajero. María cada vez me gustaba más, quería pasar más tiempo con ella, aunque era bastante complicado, teniendo en cuenta que no me atrevía a confesarle mis sentimientos, consciente de que una declaración no me iba a llevar a ninguna parte.

Seguramente sería injusto echarle la culpa de mis malas notas a esos sentimientos, pero la cuestión era que no aprobaba apenas nada. Pasaba tanto tiempo pensando en María que no lograba concentrarme en los estudios, así que me tocó repetir el último curso de primaria, lo que significaba que ya no estaríamos en la misma clase.

Aunque me lo hubiese ganado a pulso, aquello me dejó devastado. La idea de separarme de ella, de no verla a no ser que tuviese la suerte de cruzármela por ...

... los pasillos o a la hora del recreo, me resultaba insoportable. Sentía que tenía que hacer algo, apurar mi última opción y declararle mis sentimientos a la desesperada.

- María, quiero decirte una cosa.

- Ya me he enterado de que tienes que repetir curso.

- Sí, justo por eso quería decirte que...

- No te preocupes, Levi, seguro que el año que viene lo apruebas todo.

- Estoy enamorado de ti.

- ¿Cómo dices?

- Que me gustas desde el primer día que te vi.

- No tenía ni idea.

- Podríamos ser novios.

- Solo tenemos doce años.

- ¿Y qué? Podemos quedar durante el verano e ir al parque o al cine.

- No estoy preparada para tener un novio, y menos uno que no está a mi nivel.

- ¿Qué quieres decir?

- Me caes muy bien, de verdad, pero eres un repetidor, merezco algo más.

Podía haber entendido que no le gustara oh que creyera que éramos demasiado jóvenes para ser novios, pero decidió escoger una excusa que me hizo sentir como si fuese una mierda. Pasé un verano horrible, encerrado en casa y sin querer saber nada de nadie. No es que el tiempo lo cure todo, pero ayuda a darte cuenta de que no queda más remedio que seguir hacia adelante.

Volver al colegio fue una sensación de lo más extraña. De nuevo estaba entre esos muros, pero ya no compartía clase con María. Aunque prefería no tener que cruzarme con ella, no podía evitar buscarla por todas partes. Al principio seguía hablando con todos mis antiguos compañeros, pero me acabé dando cuenta de que ...